Medio Ambiente reduce a 25 el número de fondeos ecológicos en es Caló de Artà

El proyecto de Ports de les Illes Balears, que estará operativo en el verano de 2024, contemplaba la instalación de 41 boyas en esta zona de máxima protección del Llevant

Numerosas barcas fondeadas en es Caló, una imagen habitual todos los veranos.

Numerosas barcas fondeadas en es Caló, una imagen habitual todos los veranos. / T.O.

Joan Frau

Joan Frau

En una resolución fechada el pasado 25 de agosto, la comisión balear de Medio Ambiente da luz verde al proyecto de instalación de un campo de boyas ecológicas en el ámbito marino de es Caló, en el municipio de Artà, promovido por Ports de les Illes Balears, aunque reduce a 25 el número máximo de puntos de fondeo que podrán habilitarse en esta zona protegida por diversas figuras ambientales donde actualmente el fondeo es libre

El proyecto sobre el que se basa la resolución contemplaba en un principio la instalación de 41 boyas, aunque el informe de impacto ambiental insta a modificarlo para incorporar todas las prescripciones incluidas en el dictamen, que especifica que «el número máximo de puntos de fondeo del campo de boyas de es Caló sólo podrá ser de 25 y deben ser anclajes ecológicos». 

Tal y como anunció la entidad Ports de les Illes Balears el pasado mes de mayo, los campos de boya de es Caló (Artà) y sa Foradada (Deià) estarán operativos a partir del verano de 2024 con el objetivo de eliminar los fondeos sobre las praderas de posidonia. Estas dos nuevas instalaciones, además de las previstas en la Illa de l’Aire, en Menorca, y Porroig y Cala d’Hort, en Eivissa, se sumarán a los ocho campos de boyas ya operativos en Balears, de los que tres están en Mallorca: Cala Blava, Sant Elm y Formentor. Además, también se proyectan campos de boyas en Alcanada, Portocolom y Portals Vells de cara a 2025.

La resolución de la comisión de Medio Ambiente prioriza el fondeo de las embarcaciones de menor eslora y distribuye la zona de boyas de la siguiente forma: un 50 por ciento de los fondeos destinados a las barcas de 0 a 9 metros de eslora; un 35% a las de 9 a 15 metros; y un 15% a las mayores de 15 metros. El mayor número posible de puntos de fondeo deberán situarse en zonas sin posidonia. Asimismo, no podrán fondear embarcaciones en una franja de 100 metros alrededor del campo de boyas.

Por otra parte, el informe medioambiental determina también que el 70 por ciento de las boyas deben estar destinadas a estancias cortas, por lo que «no deben permitirse reservas por más de 48 horas consecutivas para garantizar el acceso al mayor número de embarcaciones posibles mediante una rápida rotación». También se insta a reservar un 30% de los puntos para estancias más cortas de una mañana o una tarde. Las embarcaciones de menos de ocho metros de eslora disfrutarán de tarifas más reducidas.

Vigilancia especial

Medio Ambiente insta a poner en marcha un servicio de vigilancia especial que sea independiente del servicio de vigilancia de la posidonia y que debe patrullar tanto de día como de noche para supervisar el buen funcionamiento del sistema de boyas y también concienciar a los usuarios de que se encuentran en una zona muy sensible desde el punto de vista medioambiental porque forma parte de un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y del parque natural del Llevant.

Debido al grado de protección que tiene la zona de es Caló, Ports deberá solicitar un informe a la dirección general de la Costa y el Mar. En caso de que no se redacte un nuevo proyecto con todas las prescripciones indicadas por la comisión, deberá someterse a una evaluación de impacto ambiental ordinaria por los «posibles efectos significativos sobre el medio ambiente».

Estudios para determinar los efectos de la iniciativa

El informe de impacto ambiental define la necesidad de implantar un plan de seguimiento ambiental anual del proyecto que incluya apartados relativos a la posible detección de ejemplares vivos de nacra, cetáceos o algas invasoras en la zona de influencia. También deberá llevarse a cabo un estudio sobre el estado de conservación de los hábitats y las especies de la zona antes de la instalación del campo de boyas, durante su funcionamiento y cuando esté en reposo para «monitorizar» la posidonia, las especies marinas y la calidad de las aguas, entre otros factores.

El resultado de este informe «será determinante» para Ports IB a la hora de tomar la decisión de mantener el campo de boyas anualmente. En caso de detectarse un empeoramiento del estado de la posidonia, podría decidirse la eliminación del campo de fondeos controlados en es Caló.

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