El arte de conjugar lana y posidonia

La artista Esther Zafrilla interactúa en su nueva colección de arte con el tejido lanar y las pelotas secas que se encuentran en las playas

Biel Capó

Biel Capó

Esther Zafrilla es una joven artista textil y artesana que siempre ha estado ligada al entorno rural. Su abuelo era pastor, por lo que el tema de la lana de las ovejas ha estado siempre presente en su vida y también en sus obras. Actualmente ha dado un paso más y en su colección artística ha conjugado el tejido lanar con las pelotas secas de posidonia que se encuentran en las playas. Y es que en su parte artística, esta creadora realiza piezas de arte con lana y que combina con otros materiales. Eso sí, previamente ha investigado la interacción que puedan tener estos materiales con el tejido lanar. Así explica cómo surgió la idea de crear piezas de arte, en las que combina e interactúa con la lana y la posidonia. «Un día paseando por la playa me di cuenta que las bolas de posidonia se crean del mismo modo que el fieltro de la lana, a base de agua y fricción. Estas bolas redondas y tan perfectas me hacían pensar que eran fieltro marino», afirma. De aquí nació la idea de su actual colección, donde estos dos materiales conjugan en todas la obras de esta creación.

Además de coquetear con la posidonia, la artista también elabora sandalias de verano con tejido de lana, un proyecto con el que colabora con su amiga Martina Candela. «Es una apuesta muy arriesgada porque relacionamos la lana con el frío de invierno, pero también tiene propiedades que la hace apta para su uso en verano», asegura la artista. De hecho, este verano han sacado un modelo nuevo, diseñado por su compañera, quien además realiza el montaje, mientras Esther Zafrilla elabora la parte del tejido y fieltro. Asimismo, las dos creadoras realizan talleres, donde se puede aprender a elaborar las sandalias. Estas creaciones se pueden encontrar en Bot de cabra en Petra o cualquier miércoles en el mercado de Deià.

Fuente de inspiración

La artista asegura que su fuente de inspiración es el campo. Confiesa que de vez en cuando colabora con payeses mallorquines que tienen ovejas y es en estos momentos cuando aflora en su mente la inspiración. Materia prima para sus proyectos, colecciones o investigaciones, seguro que de momento no le van a faltar ya que la lana que se esquila a las ovejas, quizás sea una de la materias primas más económicas que haya podido encontrar.

Fue en 2017 cuando se trasladó a Chile para cursar un año sus estudios universitarios y descubrió que en aquel país siguen muy vivas las técnicas tradicionales y ancestrales de la elaboración de la lana. Tres años después regresó al país andino para aprender más, sobre todo en tema del telar, pero sin dejar de lado el proceso de lavado, hilado, tintes, etc. De vuelta a la isla se interesó por el tema y fue así como empezó a realizar sus obras con la lana como materia prima. En aquel momento, asegura, «aquí se experimentaba muy poco con la lana». «No había tanto proyectos como los que actualmente hay, tanto para promocionar la lana como para material para proyectos artísticos», reconoce.

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