El alcalde de Santa Margalida defiende que el festival de reguetón no tendrá afección ambiental

Medio Ambiente recordó que se necesita su permiso al tratarse de un lugar próximo a espacios protegidos

Área donde se instalará el festival de reguetón.

Área donde se instalará el festival de reguetón. / R.P.F.r.p.f. comarcas

Unos terrenos ubicados en la segunda línea del núcleo de Son Bauló acogerán este fin de semana una nueva edición del Reggaeton Beach Festival, que está considerado como el mayor festival de reguetón de Europa y que el pasado año ya reunió a miles de personas en el polideportivo Mateu Cañellas de Inca.

Su posible afección medioambiental, como han sostenido los hoteleros de Can Picafort y como han pedido que se estudie desde la conselleria de Medio Ambiente, planea sobre el evento musical. El posible impacto lo descarta el alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo (Convergència).

En unas breves declaraciones realizadas ayer este diario, Monjo reiteró que el festival no afectará «nada al medio ambiente», al tiempo que subrayó que no se hará sobre la zona protegida, sino a una distancia prudencial.

Red Natura 2000

Cabe recordar que, a finales del pasado mes de junio, la conselleria de Medio Ambiente y Territorio, a través de la dirección general de Espacios Naturales y Biodiversidad, informó al Consistorio de que el concierto debía someterse al «correspondiente procedimiento de evaluación de repercusiones ambientales en dos espacios de la Red Natura 2000», como son el Lugar de Interés Comunitario (LIC) y la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) Son Real.

En ese escrito firmado por el director general de Espacios Naturales y Biodiversidad en funciones, Llorenç Mas, se señalaba que el Ayuntamiento «no puede conceder la licencia de actividades sin contar con la resolución del director general, en la cual se certifique la afección o no afección apreciable sobre estos espacios».

Igualmente, el departamento autonómico recordó que la Ley contra la Contaminación Acústica de Balears determina que las áreas protegidas que forman parte de la figura de protección Red Natura 2000 son áreas de silencio y zonas de alta sensibilidad acústica y «requieren una especial defensa contra los ruidos».

Hoteleros de Can Picafort

En contra del evento se ha pronunciado asimismo la Asociación Hotelera de Can Picafort, que ha instado al ayuntamiento de Santa Margalida a suspender la celebración del festival de reguetón previsto para los próximos 15 y 16 de julio en esta localidad. Los argumentos de los hoteleros se centraron, entre otros motivos, en la clasificación de los terrenos donde se celebrará el festival. Se trata, según esta versión, de un suelo no urbanizable o rústico, de acuerdo a las normas subsidiarias. La parcela linda con la finca pública de Son Real, que es un espacio natural protegido.

La organización de un evento como éste «es un uso prohibido en esta clase de suelos», como dicta la Ley de suelo rústico de Balears, según la Asociación Hotelera de Can Picafort, que en su momento remitió escritos igualmente al departamento de Territorio del Consell y a la dirección general de Espacios Naturales y Biodiversidad de la conselleria de Medio Ambiente.

En general, los hoteleros creen que el evento «causará al destino más repercusiones negativas que positivas al realizarse en plena zona residencial y colindante con varios establecimientos hoteleros de la zona de Son Bauló y con una afluencia prevista de 15.000 personas». Así, mencionan las «molestias medioambientales por contaminación acústica que se generarán durante las 12 horas continuadas a lo largo de cada uno de los dos días del concierto». Además, agregan, «Can Picafort no dispone de efectivos policiales ni servicios para controlar el flujo de personas y tráfico, ni para garantizar la seguridad y la limpieza».

Actos vandálicos

La asociación hotelera arguye igualmente que, en otros eventos parecidos que se han hecho en este destino turístico, ha habido «botellones, actos vandálicos, afluencia masiva a la playa de noche, vómitos por todas partes, basuras, cristales rotos (incluido en la playa), jeringuillas, defecaciones y micciones en calles, terrazas y jardines, así como en piscinas de establecimientos hoteleros».

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