Saturación turística: Palma, sin visos de atajar la masificación con la restricción de las visitas guiadas

Guías turísticos y asociaciones de vecinos abogan por poner límites como en Barcelona y San Sebastián o como estudian Santiago y Bilbao

El Ayuntamiento y el Consell no se plantean regular la actividad reduciendo grupos y prohibiendo megafonía

Cruceristas camino del casco antiguo de Palma.

Cruceristas camino del casco antiguo de Palma. / B. Ramon

Myriam B. Moneo

Myriam B. Moneo

«En Palma y los pueblos insultan y chillan a los turistas. Es por la crispación». Pedro Oliver, presidente del Colegio Oficial de Guías Turísticos de las Islas Baleares, pone de ejemplo cuando van con grupos de visitantes «por la calle de la Cámara de Comercio (Estudi General), por el barrio judío. Bloqueamos a los vecinos y el ruido es imposible». En las estrechas calles del casco antiguo de Palma se magnifica la contaminación acústica. 

Primero fue Barcelona la capital que ante la masificación turística aprobó un decreto que establece límites para los grupos turísticos en Ciutat Vella. No pueden superar las 20 personas y los guías tienen prohibido usar altavoces. Después se ha sumado San Sebastián. Y en Bilbao y Santiago se está planteando. En Mallorca no hay visos de que se vaya a atajar la masificación por esta vía. El Consell insular no se plantea regular los flujos en las excursiones que abarrotan Palma, Valldemossa o Sóller. Y si llega el caso, abogan «como siempre porque la mejor solución es siempre aquella que nace consensuada», se declara desde la institución. Y en el Ayuntamiento de Palma tampoco se contempla tomar medidas «desde un prisma regulatorio o de prohibición». Ahora bien, al alcalde, Jaime Martínez, sí que le han transmitido los guías elaborar «una carta de buenas prácticas con recomendaciones en positivo», explican desde el consistorio.

«En Palma y los pueblos insultan y chillan a los turistas, por la crispación. Bloqueamos a los vecinos»

El 15 de marzo, explica Oliver, le pidieron al alcalde que «al menos haya un manual de buenas prácticas» limitando los grupos guiados a 25 personas y que vayan con audioguías. Los guías también reclaman que las zonas de descarga de turistas se repartan más allá de la escollera. Precisamente, la Autoritat Portuària tiene en marcha restricciones para limitar ese espacio solo para los autobuses de los cruceristas. Por ahora las ha suspendido hasta que el Ayuntamiento habilite otra zona de aparcamiento. Esta decisión ha caído como un jarro de agua fría entre agencias de viajes y transportistas. 

«Estamos creando un embudo en el paseo Marítimo. En un día pueden coincidir 30 o 40 autobuses más los cruceros. Todos vamos a la Seu por el mismo camino». Si se ordenan los flujos, «sería positivo para los guías y los residentes».

Desde el 10 de abril el Ayuntamiento donostiarra no permite visitas guiadas de más de 25 personas para promover un flujo más ordenado de visitantes por las zonas concurridas de la ciudad. Se pretende favorecer la calidad de vida de los residentes y fomentar un turismo de calidad. También hay un horario: los grupos con guía solo pueden visitar la ciudad entre las 8:00 y las 23:00 horas. Las sanciones pueden llegar hasta 1.500 euros. 

Pedro Oliver, presidente del Colegio Oficial de Guías Turísticos de las Islas Baleares, pide al menos buenas prácticas con las visitas guiadas.

Pedro Oliver, presidente del Colegio Oficial de Guías Turísticos de las Islas Baleares, pide al menos buenas prácticas con las visitas guiadas. / DM

Tanto los guías turísticos oficiales como las asociaciones de vecinos apoyan ordenar los flujos turísticos. La geógrafa Sònia Vives-Miró apunta a que con los cruceristas, en Formentor o Formentera ya se están poniendo límites. «Parece que ha llegado el momento, aunque este tipo de medidas no solucionan el problema real de la masificación. No deja de ser un parche. Hay que regular las plazas turísticas y apostar por una ciudad más habitable», opina la investigadora de la UIB. 

«Si veo desde mi casa dos o tres cruceros, procuro no salir», dice Edita Navarro, de sa Calatrava

«Agencias y turoperadores tienen problemas para encontrar guías y se mete a los turistas en autobuses incluso de dos pisos, con 80 plazas. Es una barbaridad», considera Oliver. Denuncia que el 60 % de las visitas guiadas que se ven por la catedral de Palma o Valldemossa van con guías ilegales. «Los autocares deben llevarlos y uno de cada tres son ilegales», añade el presidente de la entidad colegial que representa a unos 220 profesionales en el archipiélago. Un destino que el año pasado recibió 17,8 millones de turistas, 12,4 millones en Mallorca. 

Los visitantes acuden en masa  a Palma en los días de lluvia en verano.

Los visitantes acuden en masa a Palma en los días de lluvia en verano. / Manu Mielniezuk

A Palma y Playa de Palma llegaron 2,9 millones de viajeros, un 10 % más que en 2022. Ciutat recibió cerca de un millón de turistas (+3 %) y Platja de Palma rozó dos millones (+14 %), según datos del Ibestat facilitados por la Fundación Turismo Palma 365. 

Desde 1997 el Ibestat mide el indicador de presión humana (IPH). Estima la carga demográfica real que soporta el archipiélago más allá de las cifras oficiales de población residente. En agosto la media en Baleares llegó a 2.054.661 personas. Fue la mayor desde que se calcula. En Mallorca ese mismo mes se alcanzó 1.504.984 personas. 

«Procesiones de turistas»

«Hay muchos días con cruceros o cuando hay mal tiempo y los turistas vienen a Palma que no puedes caminar por la calle. Son como procesiones de turistas», dice la presidenta de la Asociación de Vecinos de sa Calatrava, Edita Navarro. «Si veo desde mi casa que hay dos o tres cruceros, procuro no salir», reconoce. Cree que es «absolutamente necesario» que se regulen las visitas guiadas y esa reivindicación se le ha trasladado al alcalde través de la Taula per la convivència que reúne a varias asociaciones. «Hemos pedido un análisis de la carga turística porque hay que poner límites, pero solo abogan por guías de buenas prácticas», critica. 

La presidenta de la Federación de Vecinos de Palma, Maribel Alcázar, cree que se deben regular las visitas guiadas «aunque hay tanta masificación que quedan escondidas». «Por respeto, el tema del ruido se tiene que controlar».

Intrusismo: «No se convocan exámenes para guía desde el 2006»

La última vez que se realizaron en Mallorca pruebas para obtener el carné de guía turístico gobernaba en Baleares Jaume Matas. «No se sacan exámenes desde 2006 y se deberían hacer cada año», denuncia Pedro Oliver, presidente del Colegio Oficial de Guías Turísticos de Baleares. «En la comunidad autónoma la Administración nunca nos ha tratado como nos merecemos. Ni los unos, ni los otros. Ningún gobernante», lamenta, y «en los últimos ocho años tampoco».

La queja recurrente de este colectivo de profesionales es «el intrusismo brutal» en su actividad. «Como no hay inspecciones ni ningún control hay gente del Este, jubilados, parados... En Barcelona hay 90 inspectores, en Mallorca 20 para controlar todo el sector turístico y están centrados en el alquiler vacacional. Van desbordados». 

En esta nueva legislatura el colegio oficial ha mantenido un encuentro con la directora insular de Turismo Clara del Moral. Han sido cuatro las reuniones, puntualizan desde el departamento de Turismo, con la entidad colegial y alguna otra asociación. «Los anteriores gobiernos tenían abandonado al sector y se fomentaba la aparición de la actividad ilegal». «La intención» del Consell es elaborar una nueva convocatoria de exámenes. «En estos momentos se está buscando la fórmula. Se está hablando con la Universitat de les Illes Balears y con el sector». 

También en Turismo estudian incrementar la formación para que más profesionales se dediquen a una actividad que consideran muy necesaria para la oferta turística. Se agrega que se aprovechará la modificación de la ley de Turismo para adecuar la actividad a la realidad actual. 

Suscríbete para seguir leyendo