Un año de obras: El nuevo Paseo Marítimo de Palma empieza a emerger

El sábado se cumplirán doce meses desde que se inició la reforma más ambiciosa de los últimos años en Palma

Los trabajos se han enfocado en el lado tierra y ya hay pistas de cómo será este eje cuando terminen en 2025

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

Las obras de reforma del Paseo Marítimo cumplirán su primer año el próximo sábado. La transformación urbanística más ambiciosa que ha experimentado Palma en los últimos años avanza en el subsuelo, donde se están renovando las instalaciones eléctricas y de agua, pero también empieza a materializarse en la superficie. Todavía queda un largo recorrido hasta cortar la cinta inaugural, a principios de 2025, pero el proyecto diseñado por el arquitecto ibicenco Elías Torres empieza tomar forma.

«Hemos completado el trabajo más ingrato como la renovación de las redes de tuberías de impulsión de aguas fecales y pluviales, además de revestimientos de electricidad. Todo se ha sustituido; se ha hecho un trabajo muy importante, aunque no se vea», explica Antoni Ginard, jefe del Área de Planificación e Infraestructuras de la Autoritat Portuària de Balears (APB).

Esta entidad es la responsable de ejecutar y financiar la reforma, que cuenta con un presupuesto cercano a los 40 millones de euros. Las obras se han enfocado durante este primer año en el lado tierra, donde se levanta la hilera de edificios que se extienden a lo largo del paseo. En marzo está previsto intervenir en la mediana, por donde ahora circulan los coches. En su última etapa, los trabajos se desplazarán a la parte del mar.

«Estamos acabando la fase de tierra, por donde van todas las instalaciones subterráneas. Ahora estamos con la pavimentación, que ejecutamos por tramos según un calendario consensuado con los comerciantes y los vecinos. Por ejemplo, en verano hicimos la parte del Auditorium para no entorpecer la programación que empieza en otoño», valoró Ginard.

«Durante la ejecución de las obras también estamos pensando en las futuras terrazas de los bares y restaurantes, y dejamos preparada la superficie para colocar las sombrillas y parasoles que estamos consensuando con los empresarios», destacó el jefe del Área de Planificación e Infraestructuras de la APB.

Estética homogénea

En este sentido, una de las novedades que incorporará la reforma del Paseo Marítimo es una estética homogénea para todas las terrazas. La propuesta, que encaja con la ordenanza de ocupación de la vía pública del Ayuntamiento de Palma, es colocar un único modelo de toldos plegables y de cierres de vidrio que armonicen todo el conjunto.

La pavimentación por tramos y de acuerdo a las necesidades de los comerciantes y empresarios de la zona provocará que las obras se alarguen algo más de lo previsto, hasta principios de 2025. Inicialmente la previsión era concluirlas en noviembre de 2024. En todo caso, la idea es hacer una inauguración parcial de la reforma cuando la pavimentación y los trabajos en el lado tierra hayan concluido.

Hoy ya es posible recorrer cientos de metros sobre las nuevas baldosas del paseo. En los tramos donde la reforma está más avanzada, la acera ya es visiblemente más ancha que antes para dar cumplimiento a la principal premisa de este proyecto: hacer un paseo para el peatón.

Otra de las grandes premisas es multiplicar las zonas verdes. También son visibles los nuevos alcorques preparados para acoger a los dos mil nuevos árboles que repoblarán esta parte de Palma. Será a partir de la próxima Semana Santa cuando el futuro Paseo Marítimo empiece a esbozarse con más claridad.

«Después de Semana Santa empezaremos a plantar el nuevo arbolado. La idea es crear densas zonas verdes con árboles y jardineras. En ese momento es cuando empezaremos a ver el alcance de la reforma», explica Ginard.

Pendientes de la pasarela

Los operarios y las excavadoras trabajan a lo largo de 3,5 kilómetros de la Avenida Grabriel Roca, mientras se mantienen cuatro carriles para el tráfico rodado, dos por sentido. Durante este primer año las obras han ralentizado la circulación por esta vía, pero no ha habido incidencias relevantes más allá de algunos atascos puntuales.

Los operarios todavía no pueden derruir la pasarela que conducía a la piscina del Hotel Bellver porque no ha concluido el proceso de expropiación de este elemento y del Social Club. Ginard espera tener el visto bueno para el derribo hacia marzo o abril, cuando la reforma en el lado tierra habrá concluido. «En este momento de las obras no entorpece los trabajos, pero de cara a la segunda fase sí sería una molestia», subraya el jefe del Área de Planificación e Infraestructuras de la APB.

No se construirá el párking subterráneo que el PP reclamó cuando cogió las riendas del Ayuntamiento con el argumento de que el nuevo paseo perderá un millar de plazas de aparcamiento en superficie. El nuevo presidente de la APB, Javier Sanz, descarta una modificación que dispararía el presupuesto y los plazos.

El nuevo Paseo Marítimo reducirá los tres y cuatro carriles por sentido existentes antes de la reforma a dos carriles por sentido para reducir la actual barrera que existe entre el mar y el peatón. Las aceras alcanzarán los diez metros de ancho y se incrementarán los pasos de peatones, de los doce actuales a veintiséis; uno cada cien metros.

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