Fundació Sa Nostra, dueña del local de jubilados de Son Cladera: «Llevan sin pagar desde 2021»

Lamenta que el Club de la Tercera Edad atesore una deuda de 30.000 euros e insiste en su desalojo

"Que devuelvan las llaves para que podamos seguir haciendo nuestro trabajo social", señala Lucía Martín

Asamblea del club de jubilados de Son Cladera, el viernes.

Asamblea del club de jubilados de Son Cladera, el viernes. / Guillem Bosch

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

La Fundació Sa Nostra, propietaria del local que acoge al Club de la Tercera Edad de Son Cladera, lamenta que los jubilados se hayan enrocado y se nieguen a marcharse de esta sede pese a adeudar una cantidad cercana a los 30.000 euros por impagos del alquiler. «No solo me deben 30.000 euros que no sé ni si pagarán, sino que encima no me devuelven las llaves para poder seguir haciendo mi trabajo social. Es todo una vergüenza y ya está en manos del abogado», advirtió ayer Lucía Martín, directora de esta entidad.

Esta responsable de la Fundació Sa Nostra lamentó que hasta tres entidades sociales «serias y muy importantes» se han interesado en alquilar el local, ubicado en la calle Canonge Antoni Sancho, para desarrollar diversos proyectos sociales. Sin embargo, ha tenido que comunicarles que no está disponible porque el Club de la Tercera Edad, que desde el viernes está dirigido por una gestora, se ha propuesto continuar allí mientras trata de dar con una solución para afrontar la deuda. «Con el Club de la Tercera Edad firmamos un contrato de alquiler en enero de 2021. Solo pagaron una o dos cuotas, después dejaron de hacerlo y se quedaron tan anchos», criticó Martín, molesta por enfrentarse a esta situación. El arrendamiento se pactó en 1.100 euros al mes.

Los jubilados esperan permanecer en el local.

Los jubilados esperan permanecer en el local. / Guillem Bosch

«No les quiero desalojar movida por un ánimo de lucro, ni para hacer allí pisos de lujo, como he tenido que escuchar. Es absurdo. Lo que quiero es seguir desarrollando proyectos sociales en Son Cladera. Y vamos a perder la oportunidad de que lo hagan una serie de entidades que tienen proyectos que serían muy buenos para el barrio enfocados hacia personas en riesgo de exclusión y personas discapacitadas», indicó Martín.

«Y cobrando un alquiler, por supuesto. La Fundació Sa Nostra necesita ingresos, como todo el mundo. Lo que no puede ser es tener que aguantar esta situación, con unas personas que prácticamente nunca han pagado. Y no solo eso, encima me están costando dinero; y más que me costarán porque supongo que me encontraré recibos atrasados», destacó la directora de la Fundació Sa Nostra.

Martín evitó pronunciarse sobre si la entidad tomará la decisión de acudir a los tribunales para pedir una orden de desahucio. «No sé qué haremos. Tienen un contrato de alquiler que se renueva cada año, pero no pagan. Insisto en que no les quiero desalojar por una cuestión de lucro como dicen. Además, el Ayuntamiento de Palma les ha ofrecido alternativas para ocupar otro espacio, pero aún así se niegan a marcharse», subrayó Martín.

Mantienen el pulso

Un centenar de los 500 socios del club de la Tercera Edad de Son Cladera celebró el viernes una asamblea extraordinaria que terminó con el cese de la Junta Directiva, el nombramiento de una gestora y un compromiso para pelear por permanecer en el local.

Asesorada por el abogado Francisco Fernández, la nueva directiva tratará de reflotar la entidad retomando las actividades, captando nuevos socios y solicitando subvenciones.

Suscríbete para seguir leyendo