Vecinos de Palma contra el ruido: Ponen sensores en la calle para medir el impacto del ocio

Carlos Orts y Christoph Hafner son los técnicos que registran y procesan los decibelios captados por los medidores en los barrios de Canamunt, Santa Catalina, Es Jonquet y Paseo Marítimo

«Tener datos significa poder reclamar», señalan

Los vecinos consultan los datos del medidor en una tablet con métricas. |

Los vecinos consultan los datos del medidor en una tablet con métricas. | / M.E.V.

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

Son las siete de la tarde en la plaza del Vapor un día entre semana. El silencio amplifica el sonido de los pasos de los viandantes y el rumor que proviene de los restaurantes de la calle Sant Magí. Podría decirse que en ese momento el corazón de es Jonquet es casi una calle de Sineu. Las ondas recogidas por el sensor de sonido que acaban de instalar en la plaza los vecinos es inversamente proporcional a las captadas el viernes por la noche y el sábado durante el tardeo. El aparato se convierte entonces en un jaleómetro que revienta récords cuando registra el sempiterno festival de decibelios que amarga la existencia de los residentes ante la inoperancia de las sucesivas administraciones.

«Se trata de monitorizar la contaminación acústica las 24 horas del día los 365 días del año», explican las vecinas Elena Pieras, Esperança Lliteras y Montse Juan de la Associació Barri Cívic de Santa Catalina y Es Jonquet junto a los ingenieros Carlos Orts y Christoph Hafner, que han instalado en el barrio cinco sensores: cuatro de ellos en puntos calientes y otro referencial en una zona tranquila. Los datos son la clave: legitimarán el plan de actuaciones con el que tratarán de erradicar una de las lacras que mina la salud pública de los palmesanos: el exceso de ruido, un problema jurídicamente difícil de perseguir a la vista de las escasas sentencias que lo condenan.

Los técnicos detallan que cada dispositivo instalado es autónomo, funciona con placa solar y transmite datos a través de una red de LoRaWAN abierta. «Los datos se envían a un servidor y se procesan en tiempo real para poder ser visualizados en abierto en una web. Además, si el nivel de ruido supera los valores establecidos, la plataforma envía una alerta hacia un canal público de Whatsapp», revela Hafner. Todos los datos estarán disponibles en el portal sensograma.org y .cat.

En un mes publicarán el primer informe de calidad acústica del barrio, una herramienta con la que continuar la lucha por los derechos de los vecinos de esta zona residencial de Ciutat. «Tener datos significa poder reclamar y no nos referimos sólo a interponer una denuncia», comentan los ideólogos del proyecto, «extremo que los vecinos ya han consultado con una abogada».

«Con este análisis también podremos comprobar si hay una coincidencia con la percepción que tenemos los residentes», señala Montse Juan.

Esperança Lliteras, Montse Juan, Carlos Orts, Christoph Hafner y Elena Pieras, en Es Jonquet. | M.E.V.

Esperança Lliteras, Montse Juan, Carlos Orts, Christoph Hafner y Elena Pieras, en Es Jonquet. | M.E.V. / M. Elena Vallés

Que ya existe un mapa del ruido de Palma elaborado por el Ayuntamiento es sabido, sin embargo esta iniciativa -proyecto SensoGrama- permite un seguimiento muchísimo más preciso y real, «ya que el documento municipal se elaboró a partir de mediciones puntuales y no con los registros durante las 24 horas de los 365 días del año», subraya Hafner. «La precisión es tal que estos sensores te envían información nueva cada seis minutos y se analiza cada segundo», puntualiza Carlos Orts.

A modo de ejemplo, el ingeniero muestra en una tablet unos mapas de color donde se corroboran los resultados del sensor ubicado en la zona del Bar Cuba. «Fíjate, sobrepasan de mucho los 65 decibelios, el límite permitido en la ordenanza municipal. Queremos apoyar a las asociaciones de vecinos, tener una red de sensores en toda Palma. El nuestro es un proyecto pionero de ciencia ciudadana, un proyecto de smart city hecho por iniciativa de los vecinos y no los expertos», concluye Hafner.

El barrio de sa Llonja también quiere sumarse

El proyecto SensoGrama tiene la intención de crear con el apoyo de los vecinos de Palma una red amplia de sensores medioambientales que miden la contaminación acústica, la calidad del aire, la temperatura y la humedad. El barrio de Canamunt fue el primero en instalar estos aparatos. La experiencia en este barrio permitió llevar a cabo una primera fase experimental de dos años. Superado este periodo y con los datos en la mano, el proyecto está en disposición de expandir la red a toda Palma, comentan los fundadores. Actualmente se están instalando cinco en el Paseo Marítimo y sa Llonja también ha mostrado su interés. El proyecto se complementa con un medidor visual de ruido, Moix, destinado a las terrazas de bares y restaurantes. Usando un icónico gato que cambia de color y aspecto según el nivel de ruido, el dispositivo permite calcular el nivel de contaminación acústica. «Pero también mejorar la convivencia entre bares y residentes. Estamos buscando la colaboración de propietarios de locales interesados», cuenta Hafner. 

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