El nuevo Club de Mar de Mallorca

Antes de que terminen las obras del Paseo Marítimo de Palma, el Club de Mar estrenará sus nuevas instalaciones a finales del próximo verano, 52 años después de su inauguración y tras una inversión de 76 millones de euros, unos 30 millones más de lo que costará toda la conversión en bulevar de la Avinguda Gabriel Roca, a cuyo paseo peatonal se abrirá, integrando, como una de las novedades del proyecto, parte de su recinto privado en la ciudad. 

Sus cuatro nuevos edificios, cuya altura y configuración ya se pueden contemplar a pie de calle, albergarán, además de las dependencias administrativas y de personal propias del club, hasta cuatro negocios de restauración y una zona comercial igualmente abierta al ciudadano.

Pero lo que lo convertirá en un club deportivo privado único en España y en uno de los más importantes del Mediterráneo reside en la extraordinaria capacidad de sus pantalanes: hasta cuatro grandes yates de entre 130 y 170 metros de eslora a la vez y otros 70 amarres para barcos de más de 50 metros.

No es casualidad que cuando en la primavera del año pasado Jeff Bezos estrenó la supergoleta Koru, de 126 metros de eslora y por la que pagó 500 millones de dólares, el Club de Mar se convirtiera en su primer puerto tras abandonar los astilleros holandeses Oceanco, donde fue construido. Y que en estas últimas semanas ya hayan pasado por sus instalaciones el Lady Moura, de 105 metros y ahora del millonario mexicano Ricardo Salinas Pliego, que ya tuvo base permanente en el puerto en los años noventa, cuando pertenecía al saudí Nasser Al-Rashid; y el Vava II, de 96 metros, y propiedad del empresario suizo Ernesto Bertarelli. Sin contar con el Yasmine of the Sea, de 80 metros, de la familia real catarí, que ha pasado el invierno en el club, o el Tango, de Viktor Vekselberg y 77 metros de eslora, incautado por Estados Unidos, y que ahora cumple dos años en su cárcel de oro mallorquina.

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