Opinión

Porsell, de la mentira a la destitución

Jaume Porsell.

Jaume Porsell. / DM

La salida de Jaume Porsell como director general de Transparencia i Memoria Democrática del Govern por el escándalo de su agroturismo ilegal apunta el camino correcto en la regeneración política. No se disfrazó la realidad con términos como «renuncia», visto en tantas ocasiones en ejecutivos de todo color. El comunicado oficial del Govern recogió el término «destitución», con toda la contundencia de la semántica política. Pese a que la resolución del expediente administrativo no ha concluido, en ese mismo escrito se reconocía que «la infracción detectada supone una circunstancia incompatible con su continuidad en el cargo». A Porsell se le echa porque mintió en su declaración responsable de inicio de actividad turística (DRIAT) al asegurar en septiembre del pasado año que contaba con todos los permisos necesarios para comercializar el agroturismo Sa Vinya en el Port d’Andratx. Curiosamente, tres meses después, a finales de diciembre, pedía el documento ambiental para el cambio de uso de vivienda a agroturismo. Sin el proceso concluido, comercializaba en Booking una casa con una licencia falsa de agroturismo, según han admitido desde la plataforma.

El Govern se podría haber evitado esta erosión inútil, que apenas ha durado una semana. La primera reacción tras la publicación de la investigación de Diario de Mallorca el pasado 19 de abril fue un cierre de filas sin fisuras. Mientras los hoteleros y la oposición exigían aclaraciones, el Consolat asumió el relato de Porsell sin mayores comprobaciones. Se le presentó como víctima de una cacería de la oposición y de la «política del fango». Seis días después, llegó la destitución sin contemplaciones ordenada por Marga Prohens. La presidenta se lleva una lección política de esta crisis, tras haber visto circular la foto de su presencia en la presentación del agroturismo el pasado otoño. No hay excepciones, todo compromete la imagen de un responsable político, sea o no consciente de lo que acontece allá donde va. Además del crucial papel del periodismo ejercido con rigor y honestidad, la labor inspectora de los funcionarios del Consell ha resultado fundamental para aclarar la situación y para restaurar la credibilidad en el combate a la oferta ilegal. Sin esperar peticiones de la oposición, el conseller insular de Turismo, Marcial Rodríguez, compareció por iniciativa propia, y ofreció los datos obtenidos en un ejercicio de responsabilidad y transparencia poco frecuente en este tipo de episodios.

Jaume Porsell, curtido en la política municipal de Andratx, se ha demostrado que no era el perfil más idóneo para asumir la dirección general de Transparencia y Memoria Democrática, materias que han dado todavía mayor trascendencia a su conducta. Prohens tiene ahora la oportunidad de corregir el error de partida y de hacer un nombramiento a la altura de los delicados asuntos que gestiona el departamento. Si quiere trasmitir credibilidad en un momento coincidente con su decisión de cerrar la Oficina Anticorrupción, ha de redoblar la apuesta por la ética con una elección fuera de toda discusión.