La procesionaria causa reacciones más exageradas en los alérgicos a otras sustancias

Los expertos recomiendan a estas personas que, si pasean por zonas de pinares, tengan siempre un antihistamínico a mano

Procesionaria del pino: este es su curioso ciclo de vida

Procesionaria del pino: este es su curioso ciclo de vida / Efe

I. Olaizola

I. Olaizola

Llega la primavera y con la estación, las hileras de orugas conocidas como la procesionaria del pino. Este año su presencia es más abundante que otros pese a venir de un verano anterior muy caluroso que, en principio, debería haber provocado un menor número de ellas. Albert Oehling, presidente de la sociedad balear de alergología, alerta además de que las personas que padecen algún tipo de alergia serían más sensibles al contacto con pelos urticantes de este lepidóptero.

El alergólogo Albert Oehling, presidente de la sociedad balear de esta especialidad, advierte de que es «bastante común» que personas alérgicas a otras sustancias pueden volverse también intolerantes a los pelos de estas orugas si están en contacto con ellos. «La respuesta inmune de su organismo puede provocar una reacción cutánea más exagerada», explica alertando de que, sin querer caer en el alarmismo, en los casos más extremos, cuando se ha estado en contacto con un gran número de ellas, estas personas pueden llegar a desarrollar una anafilaxia (reacción alérgica grave que comienza muy rápidamente y cuyos síntomas pueden ser potencialmente mortales).

Generalmente, el contacto con estas orugas provoca una reacción cutánea no demasiado grave que se solventa con un antihistamínico. Pero Oehling pone sobre aviso a los personas con otras alergias para que se muestren más cautas ante la presencia de estas orugas.

El ciclo de la oruga procesionaria

El ciclo de la oruga procesionaria / Fuente: Creaf / Infografía: Andrea Hermida-Carro

«En su lugar, yo evitaría las zonas con densidad de pinares y no realizaría una actividad de senderismo por ellas. Y si lo hiciera, intentaría tener siempre a mano un antihistamínico», aconseja.

El biólogo y profesor de Zoología de la UIB Miguel Ángel Miranda explica que, contrariamente a lo esperado, la calurosidad y escasa pluviosidad del último verano no ha afectado a las hembras de esta especie, que se han mostrado muy prolíficas pese a estas condiciones meteorológicas adversas para su procreación.

«Esto desmonta en parte la creencia de que a más calor, menos procesionaria y abona la teoría de que tiene unos ciclos reproductivos más o menos abundantes de forma periódica», diferencia el experto.

La sequía y el calor no le afectan como se creía, pero también es cierto que esta especie estaría colonizando zonas más septentrionales de Europa. «Cada vez se le puede encontrar en zonas más altas y más frías», corrobora el científico de la UIB.

«Lo que sí hace es retrasar su ciclo reproductivo para evitar el intenso calor. Si antes lo tenía a principios de agosto, ahora se reproduce a finales de este mes o principios de septiembre», diferencia el profesor universitario de Zoología.

«Un insecto espectacular»

Miguel Ángel Miranda no duda en calificar de «espectacular» a esta especie. «Los adultos eclosionan en verano y copulan poniendo las huevos en las acículas de los pinos. Luego fabrican sus nidos para protegerse del frío en invierno, aunque este año hemos visto que tenían poca seda porque las temperaturas no han sido muy bajas», explica su ciclo vital.

Al igual que se alimentan de noche para evitar a sus depredadores, las orugas bajan del pino en procesión con el mismo fin ya que las hileras son más difíciles de depredar. Finalmente, estas procesiones se entierran hasta convertirse en las polillas que comenzarán otro ciclo reproductivo.

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