Mallorca: la isla de los superyates le da la espalda a la náutica

La falta de trabajadores cualificados e infraestructuras insuficientes amenazan a una industria puntera copada por extranjeros que puede alejar a los gigantes del mar de sus costas

Olimpia Corral, Directora de Operaciones de Baltic Yachts: “El sector del ‘refit’ crece y no tenemos hacia dónde”

B. Ramon

Myriam B. Moneo

Myriam B. Moneo

Olimpia Corral supo que el mar sería su vida casi desde que puso un pie en el club de vela. La ingeniera naval mallorquina tenía «8 o 9 años» cuando llegó al de Can Pastilla. «Mi madre siempre quiso navegar y no pudo». Cursó la carrera en la Universidad Politécnica de Cartagena. En Italia se especializó en Diseño de Yates. Después siguió rumbo a Finlandia. Forma parte de Baltic Yachts, un astillero de superyates con su sede en Ostrobotnia, la costa occidental finlandesa, especializado en veleros. Su departamento de Service & Refit en Mallorca se fundó en 2013. Olimpia es su directora de Operaciones.

Olimpia  Corral, de Baltic Yachts, y Toby Clarke, capitán de un velero de propiedad sueca en mantenimiento en el varadero STP, en el Moll Vell.

Olimpia Corral, de Baltic Yachts, y Toby Clarke, capitán de un velero de propiedad sueca en mantenimiento en el varadero STP, en el Moll Vell. / B. Ramon

En la isla que acoge a más de 870 empresas de náutica de recreo que facturan 1.046 millones y emplea a casi 5.000 trabajadores —representa el 3 % del PIB en Baleares, según el Balearic Marine Cluster— no tenía opción para sus estudios superiores. La falta de personal cualificado carcome al sector de mantenimiento y reparación de embarcaciones. Se nutre en gran parte de trabajadores extranjeros que han ido recalando en Mallorca. «¿Tenemos asegurado el relevo generacional?», en la industria del refit, interpela la joven. «¿Dónde están los mallorquines y los españoles?». «Ya no somos el destino puntero» del Mediterráneo, dice Pedro Suasi, gerente del Cluster. Estamos por debajo de los competidores en infraestructuras».

Toni Gelabert, Tony Gupwell, Olimpia Corral, Paco Aguilar y Jordan Wright, en el taller de Baltic Yachts, en las instalaciones de STP.

Toni Gelabert, Tony Gupwell, Olimpia Corral, Paco Aguilar y Jordan Wright, en el taller de Baltic Yachts, en las instalaciones de STP. / B. Ramon

Un millar y medio al año

«Nos falta espacio», lamenta la ingeniera nacida un 29 de febrero —acaba de celebrar su 32 cumpleaños— desde la cubierta de un superyate en el que trabaja el equipo de Baltic en el varadero abierto de STP (Servicios Técnicos Portuarios) en el Moll Vell. Por sus instalaciones pasan 1.500 embarcaciones al año (unas 140 se reparan al mismo tiempo). Hay medio millar de empresas censadas para trabajar allí. «Está lleno ya para 2025. Hay que despertar a los políticos», arenga la joven. «Reclamamos espacio en el plan urbanístico. ¿Qué se está haciendo con el Dique del Oeste?», deja caer. «Estamos creciendo y no tenemos hacia dónde».

En la filial de Baltic trabajan 39 personas de siete nacionalidades. «Un 20 % somos mujeres». Tienen su taller y oficina en STP y un nave en Son Castelló. El encargado de mantenimiento es Tony Gupwell, británico que vive en la isla desde hace 23 años. «Su hijo habla mejor catalán que yo», bromea Olimpia.

El británicoToby Clarke en el interior del velero, el capitán vive con su esposa en la isla mientras el superyate es remozado.

El británicoToby Clarke en el interior del velero, el capitán vive con su esposa en la isla mientras el superyate es remozado. / B. Ramon

Desde el varadero se vislumbra Astilleros de Mallorca, en el Contramuelle Mollet, y de frente la silueta de la catedral en una mañana gris. Cruza un saludo cómplice con Toby Clarke, capitán del velero propiedad de un sueco que ha accedido a mostrarlo. Alrededor sigue el trajín en otros yates. El nombre de la embarcación que cada año descansa en Palma durante el invierno para su puesta a punto no trasciende por privacidad. Tampoco su precio. «Es muy caro», zanja el británico con una sonrisa. Clarke y el resto de la tripulación, seis en total, pasan la temporada baja en la isla. Olimpia muestra el impresionante velero de 35 metros y sus diferentes dependencias. Describe las mejoras que le han ido haciendo. «Ahora está como una casa en obras». El 10 % del valor de un superyate es lo que se dedica cada año a su mantenimiento, apostilla la joven.

1.050 embarcaciones llegaron a la isla en 2023. Una sexta parte de la flota mundial de gran eslora visita Baleares cada año

En 2019 se creó el Cluster, reúne a 92 empresas. Fue una iniciativa del Instituto de Innovación Empresarial (IDI) en el primer Govern Armengol «tras un estudio de clusterización», recuerda Suasi. Urgía resolver la carencia de personal cualificado. Ahora se cuenta con el centro integrado de FP L’Embat, especializado en estudios de náutica, y a través del Cluster en colaboración con el SOIB se oferta Formación Dual en pintura, carpintería, fibra y composites y operaciones auxiliares (mecánica, electrónica o velería). «Tenemos 88 alumnos. Son cursos de doce meses con un contrato en prácticas en empresas del Cluster», agrega Suasi.

Vista del mástil del impresionante velero de 35 metros desde el interior, en una mañana lluviosa en Palma.

Vista del mástil del impresionante velero de 35 metros desde el interior, en una mañana lluviosa en Palma. / B. Ramon

Uno de los alumnos es Toni Gelabert, un joven de Algaida que se forma como laminador. «Trabaja haciendo piezas y reparando partes del barco de material compuesto», dice la ingeniera. Un día a la semana Toni tiene clase teórica y otros cuatro se está formando en Baltic, hasta agosto. En el taller le acompañan el palmesano Paco Aguilar y Jordan Wright, otro británico que se formó en su país y vive en Mallorca desde hace ochos años.

«Hoy hemos sacado un anuncio para fontaneros y también buscamos carpinteros». Pero en el sector faltan pintores, andamieros, caldereros, electricistas, ebanistas, mecánicos..., y también ingenieros.

Por casualidad

«Los sueldos son buenos, el entorno internacional —el inglés es fundamental—, puedes viajar, trabajas en el puerto, no en un polígono, y se puede hacer mucha carrera», describe el gerente del Cluster. Suena a melodía celestial. «Lo que falta es que más chicos quieran participar. Muchas veces falta interés». Hay tanta mano de obra vacante que muchos extranjeros cuando se cansan de andar con la maleta a cuestas se quedan en la isla.

Toni Gelabert, alumno de Formación Dual del curso de laminador, en el taller de Baltic, detrás, Tony Gupwell, el encargado de mantenimiento.

Toni Gelabert, alumno de Formación Dual del curso de laminador, en el taller de Baltic, detrás, Tony Gupwell, el encargado de mantenimiento. / B. Ramon

«El gran problema de Mallorca es que la gente termina por casualidad en este sector», apostilla Olimpia. Los clubes de vela son «una cantera» para el sector. Ahí fue donde ella hizo el contacto tras su formación universitaria que le llevó hasta Baltic. «Estuve tres meses en Finlandia, con cuatro horas de luz». Allí trabajó «con otros ingenieros y en producción».

En esta gran tarta que es la náutica también hay que brindar asistencia a los grandes yates con sus dueños a bordo mientras navegan en verano. Y cuando llega la temporada de refit. Evolution Yacht Agents, empresa consignataria fundada en 2010, con su sede en Palma, es una de las intermediarias con las tripulaciones. Facilita provisiones a los chefs, piezas a los ingenieros, coches de alquiler, rutas turísticas, alquiler de vehículos, transporte a la terminal privada del aeropuerto... , enumera Guillermo García, su director de Marketing. A la medida del turista náutico de lujo.

10% gasto anual en 'refit' del valor total de un superyate. Supone el 43 % de la facturación en náutica, el 49 % del empleo y el 33 % del tejido empresarial

García dibuja el impacto económico de los gigantes del mar. «Gastan el equivalente al 1 % de su valor en servicios de agencias». El desembolso medio anual de un superyate (de 24 a 60 metros, el 86 % de la flota mundial) asciende a 75.000 euros; el de un megayate (60-90 metros, el 10 % de la flota), a 195.000 euros, y un gigayate (más de 90 metros, un 4 % de las embarcaciones) deja 220.000 euros. El año pasado llegaron a Balears 1.050 embarcaciones. Su gasto directo en estos servicios supuso 93 millones. «Son una palanca para el crecimiento de las islas y diversificar el turismo», sostiene el representante de Evolution. El sector náutico echa a faltar también una estrategia turística que incluya la marca Balears en su conjunto.

Interior del velero en mantenimiento.

Interior del velero en mantenimiento. / B. Ramon

«Los barcos cada vez son más grandes, pero nuestras infraestructuras tienen cuarenta años», clama Suasi. « En STP hay espacios en desuso. Necesitamos seguridad para hacer inversiones y optimizarlas al máximo». «El peligro —advierte Olimpia Corral— es que los yates acaben moviéndose a otra zona de España o a otro país competidor y no vuelvan». La ingeniera se revuelve porque Mallorca deje de ser un referente para la náutica.

THE BALEARIC SUPERYACHT FORUM, CON LOS SUPERYATES DE PROTAGONISTAS

El Balearic Superyacht Forum se celebrará los días 24 y 25 de abril, coincidiendo con el Palma International Boat Show, en su cuarenta edición, que tendrá lugar del 25 al 28 de abril de 2024. En el congreso se esperan unos 300 asistentes, entre profesionales, expertos y aficionados de los superyates, un centenar de ellos internacionales.

Se centrará en el fomento del turismo náutico, la reparación y mantenimiento naval o la innovación y el emprendimiento.

En las ponencias se analizará el futuro y las necesidades de la industria y se presentará un estudio de las iniciativas medioambiental en el sector náutico para dibujar su hoja de ruta.

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