Antes de clase toca leer: Así incentivan la lectura las escuelas de Mallorca

Las escuelas buscan maneras de potenciar la lectura, como en el IES Son Cladera, donde los alumnos empiezan el día dedicando media hora a leer, o como en el CEIPIESO Joan Miró, donde los estudiantes mayores apadrinan a los lectores más pequeños

Las escuelas buscan cómo potenciar la lectura entre sus alumnos: Así lo hacen en el IES Son Cladera y el CEIPIESO Joan Miró de Palma

E. Calvo

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Pasan escasos minutos de las ocho de la mañana y en los pasillos y clases del instituto Son Cladera no se oye casi nada, ni risas, ni jaleo, ni profesores explicando, solo, cada poco, se cuela un ruidito apenas imperceptible: el pasar de las páginas de un libro (sonido débil, poderoso gesto). En todas las clases, alumnos y profesores están sentados, tranquilamente, leyendo. Una lectura sin justificación ni rendición de cuentas. Cada uno lee lo que quiere y en la lengua que quiere (la mayoría en catalán o castellano, pero también circulan libros en francés, inglés, ucraniano o incluso chino) y después no hay que hacer resúmenes ni comentarios. Es el leer por placer, una de las primeras patas del Plan Lector del IES Son Cladera, según explica su coordinadora, Immaculada Sureda.

En el IES Son Cladera los alumnos empiezan la jornada leyendo media hora

En el IES Son Cladera los alumnos empiezan la jornada leyendo media hora / Enrique Calvo

La profesora se pasea por el centro siempre con una libretita encima para apuntar los títulos que le piden los chavales. Es lo que llaman el Plan de Emergencia Literaria. No escatiman en comprar libros: potenciar la lectura se ha convertido en una misión de centro, entendiendo que saber leer bien es base para todo lo demás. La última adquisición: los de la colección Menstruita como La regla mola si sabes cómo funciona o El porno no mola (un exitazo, como también triunfan los de Joana Marcús, los cómics, y los de deportes).

Gerard Román es alumno de 2º de ESO prefiriría que la lectura fuera a última hora, como hacían en el colegio, pero igualmente dice que le gusta. Ahora está leyendo Hábitos Atómicos. A sus compañeros, explica, en general no les gusta leer.

Gerard Román

Gerard Román / Enrique Calvo

A Sucess Isobomuwa sí le gusta, y asegura hacerlo en su tiempo libre. A primera hora el ratito con su libro le ayuda «a relajarse», indica. Ahora está con Qui tem la mort, escrito por Nnedi Okorafor, autora de Nigeria, como sus padres.

Sucess Isobomuwa, alumna del IES Son Cladera

Sucess Isobomuwa, alumna del IES Son Cladera / Enrique Calvo

Su compañero Joshua Phillip lee Un troç de paraula. Se confiesa no muy lector, explica que juega a baloncesto y tiene poco tiempo para leer, aunque valora poder elegir qué libro coger. Cree que esa lectura de primera hora les ayuda a calmarse: «Entramos y subimos muy alterados de la cola», dice riendo.

Joshua Phillips

Joshua Phillips / Enrique Calvo

Sureda explica que darles espacio de silencio y tranquilidad al empezar la jornada ayuda mucho a mejorar el ambiente. El Son Cladera tiene libros por todos los rincones: hay bibliotecas de clase, una zona de bookcrosing en la entrada, un espacio en la sala de profesores para que los docentes intercambien lecturas especializadas, y, por supuesto, la biblioteca del instituto.

«Hay que darles muchos inputs, que puedan elegir, que tengan oportunidades», apunta Sureda. No rehuyen de las pantallas y agradecen las posibilidades que les ofrece el servicio de préstamo digital Eduteca, pero, indica la docente, a primera hora el papel es obligatorio, para evitar distracciones.

Immaculada Sureda, coordinadora del Plan Lector, y Maria del Carmen Estellérs, de la comisión de Biblioteca

Immaculada Sureda, coordinadora del Plan Lector, y Maria del Carmen Estellérs, de la comisión de Biblioteca / Enrique Calvo

La segunda pata del Plan Lector es el ‘aprender a leer’ y se refiere a las materias lingüísticas, y la tercera pata, que ya abarca todas las áreas y que aún están consolidando, es el ‘leer para aprender’.

Tras cuatro años en esta línea, ¿notan mejoras en los resultados? Sí, aunque Sureda razona que no son solo achacables al Plan Lector, sino también a diferentes cambios que ha ido introduciendo el equipo directivo que lidera Manuel Blanco en este centro de alta complejidad (con un 40% de estudiantes con necesidades y aún elevados datos de abandono y repetición).

Leer, la base para todo

A nadie se le escapa que saber leer es la base para el aprendizaje de todas las áreas: «Todo está escrito». Pero para saber leer ‘bien’ (no solo juntar letras o conocer el vocabulario) hace falta a su vez otra base: la de la experiencia vivida, el referente real. Y muchos alumnos de nuestro sistema educativo esto no lo tienen, no reciben estímulos ricos y no vinculan lo que leen con la vida, con lo que no puede hacer la necesaria inferencia para lograr «una comprensión profunda» (además del disfrute). Por eso, la pobreza infantil tiene un profundo impacto en los niveles de aprendizaje (y en Balears, el 27,8% de los niños y jóvenes están en riesgo de pobreza o exclusión).

De esta brecha advierte Begoña de la Iglesia, investigadora y profesora de del departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación de la UIB. Entre otras cosas, está especializada en las dificultades de aprendizaje en lectoescritura y enseña a los futuros maestros cómo trabajar con los niños para que las superen. Imparte formación en escuelas, donde ve «mucho interés» en abordar esta cuestión capital.

La experiencia de las parejas lectoras en el Joan Miró

Uno de los colegios con los que hace tiempo que trabaja es el CEIPIESO Joan Miró, que se han tomado potenciar la lectura y mejorar la comprensión lectora como un objetivo global de centro. Guiados por De la Iglesia el claustro se ha formado, han revisado el Plan Lecto, han cambiado metodologías y han impulsado iniciativas, como las ‘parejas lectoras’: juntan en dúos a alumnos mayores con pequeños para que lean juntos.

Están muy satisfechos de los resultados de la experiencia, que impactan no solo la habilidad lectora y no solo en las competencias académicas, ya también suponen trabajar la convivencia y la cohesión de centro.

Lograr buen feeling entre las parejas es el primer paso. Luego, por lo general el alumno más pequeño elige el libro y es el que lee mientras el mayor guía y ayuda (aunque también leen a medias, o uno lee en voz alta y el otro escucha, comentan lo que va pasando...). Con los pequeños se busca aprender fomentando el gusto por leer, con los mayores (los de ESO) se pone el foco más en la comprensión y los docentes seleccionan los textos.

Nala García es una alumna de 6º muy implicada con su pareja lectora de este año: un niño de 2º que llegó al colegio solo hablando hurdu y un poco de inglés. En este caso, están en un nivel de lectura muy inicial: «Nos costó mucho arrancar», indica la niña, que se animó a acompañar a su compañero de 2º porque le «daba pena que no entendiera nada y se quedara atrás». Según Àgueda Mesquida, tutora de este chico junto a Marga Forteza, el trabajo de Nala ha sido «espectacular».

Nala García, alumna del Joan Miró

Nala García, alumna del Joan Miró / Enrique Calvo

Pier García (6º) ha sido el padrino de lectura de Martí Taberner (2º): «Hemos leído muchos libros», cuentan. Tienen claro el que más les ha gustado: «Color carn», un título para combatir el racismo.

Pier y Martí, pareja lectora del Joan Miró

Pier y Martí, pareja lectora del Joan Miró / Enrique Calvo

Miguel Azorín, también tutor de Primaria, subraya que es importante dar a los niños la oportunidad de acercarse a los libros: «No todos tienen esa opción en su casa», recuerda. Admite que fomentar esa «ilusión» por las letras no siempre es fácil ya que las pantallas son una feroz competencia (y esto afecta tanto a niños como a adultos: esta semana se ha publicado el Barómetro de Hábitos de Lectura 2023 que indica que el 37% de los baleares no leen nunca o casi nunca).

Tras el terremoto que supone siempre la publicación del Informe Pisa (en el último España cayó en las tres áreas evaluadas), Pedro Sánchez ha anunciado medidas y millones para mejorar la comprensión lectora, aunque aún no se conoce el detalle de las acciones que se impulsarán.

Begoña de la Iglesia cree que estas medidas deben «ir a la esencia» y optimizar la lectoescritura «acompañando cada fase con ciencia y fundamento» y trabajar desde todas las áreas, de forma transversal. Y, sobre todo, insiste en un aspecto: «Muchísima formación a profesores y centros, que sepan cuáles son los predictores del éxito lector, conozcan bien las etapas de adquisición de la lectura, y estén concienciados sobre su importancia».

Suscríbete para seguir leyendo