Lletra menuda: Trabada entre la mentira y contrariedad propia

Marta Vidal.

Marta Vidal. / Enrique Calvo

Llorenç Riera

Calumnia que algo queda. La táctica es tan raída como vieja y poco original. Para ponerla en práctica se necesita un mínimo de sustancia y credibilidad, instrumentos imprescindibles que han estado fuera de uso en el precipitado afán de Marta Vidal por lesionar al rival político antes de hora, incluso en la fase previa de asumir un departamento clave y especialmente sensible. Jugar a ser la Alfonso Guerra de la política autonómica requiere mayor empaque, astucia para dosificar la ambición y un mínimo de gracia. Carisma si lo quieren así.

Cuando la Fiscalía archiva la denuncia sobre la compra de pisos de Metrovacesa por parte del Govern Armengol, que por cierto han acabado en manos de un fondo especulador, dictamina que Marta Vidal ha ejercido las funciones inversas a las propias de su cargo y lo ha hecho precisamente en una época en la que la falta de vivienda es especialmente gravosa en Balears dejando a la intemperie de la emancipación a numerosos jóvenes. Eso, por no hablar del la falta de medidas efectivas frente a los precios desbocados del alquiler. Marga Prohens verá qué hace en beneficio propio y en el de sus administrados. Si el estallido de Vox no es asunto suyo, según su edulcorada versión de la inédita crisis del pacto, no se vislumbra, por el contrario, posibilidad de escabullirse de la que le ha montado su consellera de Vivienda que no reconoce denuncias inconsistentes y oculta información al Parlament. Marta Vidal quiere reconvertirse ahora en clarificadora de las actuaciones del Govern Armengol después de haber precipitado denuncias que no reconoce. Es la misma consellera que se reserva aparcamientos por error, negocia con Metrocavesa en tiempos preliminares, ocupa puestos incompatibles, alza la voz a quienes cuestionan su modo de obrar y profana el principio de libertad de expresión con amenazas de querella en sede parlamentaria. Resulta prácticamente imposible acumular mejor currículum para trabarse consigo misma entre cuerdas de mentiras y contradicciones propias con las que el archivo de Metrocavesa ata el nudo definitivo.

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