Javier Garau: «El cambio climático acelera el salto de virus animales al hombre y anticipa más pandemias»

El reputado internista de la Clínica Rotger y experto en enfermedades infecciosas da hoy la conferencia inaugural para la apertura del curso de la Reial Acadèmia de Medicina de Balears

El doctor Garau, en un discurso pronunciado en la RAMIB.

El doctor Garau, en un discurso pronunciado en la RAMIB. / B.RAMON

I. Olaizola

I. Olaizola

El doctor Javier Garau, internista de la Clínica Rotger y reputado experto en enfermedades infecciosas (ha sido presidente de la sociedad europea de estas patologías así como de su homónima española de estas mismas enfermedades y Microbiología Clínica) pinta un escenario nada halagüeño para la salud humana de la mano del calentamiento global del planeta sobre el que, subraya, ya no hay ningún tipo de discusión, ni científica ni política. El doctor Garau pronuncia esta tarde en la sede de la Reial Acadèmia de Medicina de las Illes Balears (RAMIB) la conferencia inaugural de este curso académico que versará sobre el calentamiento global y su impacto en la salud humana.

“El cambio climático acelera el salto de microorganismos de especies animales como pueden ser virus, bacterias u hongos a los seres humanos. No hay que olvidar que el 80% de las enfermedades infecciosas tienen un origen zoonótico (animal) y que en lo que llevamos de siglo ya se han producido tres saltos a los seres humanos”, apunta recordando el más famoso de ellos, el del SARS-CoV-2 de los murciélagos que provocó la pandemia de covid-19.

Todo esto le lleva a concluir que “las pandemias se van a repetir y van a aumentar su tendencia”. Asimismo, otro de los efectos del cambio climático, el aumento de las temperaturas, ya se está cobrando más vidas por golpes de calor así como que está provocando más fallecimientos entre los pacientes más frágiles como los que sufren enfermedades respiratorias crónicas, cardiovasculares u otro tipo de patologías. “Se ha detectado que ya se producen más infartos y más ictus”, confirma su sombrío pronóstico.

Y las consecuencias de la masiva emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera también se traducirá en la aparición de más enfermedades emergentes. “Los principales vectores (transmisores) de las enfermedades zoonóticas son los mosquitos y las garrapatas. Insectos que con el aumento de las temperaturas ya tenemos aquí, que han aumentado su distribución geográfica de la mano del calentamiento y de las comunicaciones cada vez más globalizadas. Como es el caso del mosquito tigre, ya extendido por todo el archipiélago. El dengue, chikungunya y el zika eran patologías de zonas más tórridas pero es muy posible que se conviertan en autóctonas en breve. De hecho ya hemos tenido varios casos de dengue no exportado en Eivissa”, recuerda el experto.

Un doctor Garau que recuerda las previsiones hechas públicas por el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, de que en la próxima década, entre 2030 y 2040, el dengue y el chikungunya ya serán endemias locales en el sur de Europa y, por ende, en Mallorca.

Para el doctor Garau urge reducir a cero las emisiones contaminantes. En la última reunión climática internacional celebrada en Dubai (COP 28) se ha constatado que no se conseguirá eliminar el uso de los combustibles fósiles en 2030, uno de los retos planteados para combatir el cambio climático. “El año pasado ha sido el más caluroso de la historia de la humanidad con un aumento de la temperatura de hasta un grado y medio. Pero, a pesar de ello, se estima que no se podrá prescindir totalmente de estos combustibles hasta 2050. Sin ir más lejos, el consumo actual de petróleo sigue creciendo y se dice que hasta dentro de dos o tres años no empezará a bajar”, aporta datos el internista sobre la situación.

Y no solo se trata del calentamiento global, sino del aumento del nivel de mar provocado por este aumento de las temperaturas. “Cada hora se funden treinta millones de toneladas de hielo en Groenlandia”, revela Garau, que también alerta de que el proceso de acidificación de los oceános no solo pondrá en peligro a muchas especies marinas sino que alterará la biología de muchos microorganismos y su relación entre ellos con impredecibles consecuencias, concluye.

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