Baleares cierra la temporada turística con un recorte mínimo en la venta de tabaco

Los sindicatos reclaman una prohibición permanente de fumar en las terrazas por la salud de los trabajadores mientras los empresarios proponen que se impulse con carácter voluntario

El Bar Bosch ha declarado su terraza como espacio libre de humo.

El Bar Bosch ha declarado su terraza como espacio libre de humo. / B. Ramon

Fernando Guijarro

Fernando Guijarro

Baleares ha logrado cerrar la temporada turística con un recorte mínimo en la venta de tabaco, coincidiendo con un momento en el que se ha reabierto el debate sobre si es conveniente aplicar una prohibición de ámbito estatal y permanente de fumar en las terrazas de bares y restaurantes, entre otros lugares públicos. Desde los sindicatos de las islas se anuncia su respaldo a que se vete el consumo de tabaco en esas zonas exteriores «por el bien de los trabajadores y de su salud», mientras que desde la patronal se defiende que esa medida debe de impulsarse pero con carácter voluntario, dejando a los clientes que elijan si acuden a un establecimiento con esa limitación o sin ella.

Los datos del ministerio de Hacienda cifran en 60,1 millones las cajetillas de cigarrillos que se han vendido en las islas durante los diez primeros meses de este año. Eso supone únicamente 83.755 cajetillas menos que en el mismo periodo de 2022, es decir, una reducción del 0,1%.

Cambio de tendencia

Esta rebaja mínima al menos rompe la tendencia al alza que se detectó durante los cinco primeros meses de este año, lo que convertía al archipiélago en la única autonomía con un incremento, pero pone en evidencia que las medidas que se habían tomado para recortar el consumo de tabaco están perdiendo eficacia a la hora de impulsar con claridad una paulatina desaparición del hábito de fumar.

En este contexto, la ministra de Sanidad, Mónica García, anunció hace pocos días su intención de reactivar el plan destinado a aumentar los espacios libres de humos, aunque sin especificar el alcance que ese crecimiento puede tener. Sobre este punto, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) lleva tiempo reclamando que el veto alcance a las terrazas de los locales de restauración, tal y como se hizo durante la pandemia.

Postura de los agentes sociales

Los sindicatos se declaran partidarios de que las zonas exteriores de bares y restaurantes sean declaradas espacios libres de humo, y el argumento que se esgrime es el de la salud de los trabajadores, según pone de relieve el secretario general de UGT-Servicios en las islas, José García Relucio.

Este representante sindical subraya que es el propio personal de estos establecimientos el que ha acudido hasta UGT para quejarse de que se levantara la prohibición de fumar en las terrazas, al verse afectados por el humo generado por las personas que han vuelto a consumir tabaco en estos puntos, con algún caso puntual en el que incluso han sufrido quemaduras de los cigarrillos.

La postura de la patronal Restauración-CAEB pasa también por impulsar esos espacios sin humo, pero con carácter voluntario. Su presidente, Alfonso Robledo, considera que no se deben de imponer prohibiciones, permitiendo que sean los propios empresarios del sector los que decidan si dejan fumar en sus terrazas de forma que los clientes puedan escoger a qué tipo de local prefieren acudir.

Sin embargo, reconoce que es positivo que haya negocios que han optado por no permitir el consumo de tabaco en sus zonas exteriores, y señala como caso más emblemático el del Bar Bosch de Palma, al tiempo que pone de relieve que no deja de crecer la cifra de establecimientos que apuestan por adoptar esta medida.

En relación a este punto, Robledo señala que su patronal y la AECC en Balears están preparando una nueva campaña para impulsar esta decisión voluntaria de declarar las terrazas como espacios libres de humo.

Además, reconoce que aunque la reacción de su sector fue muy crítica cuando se prohibió fumar en el interior de sus locales, en estos momentos «nadie querría dar marcha atrás» para volver a autorizar el consumo de tabaco dentro de los establecimientos.

Otros modalidades

Un punto a destacar es que aunque las ventas de cigarrillos muestran este año un descenso casi imperceptible en las islas, al menos la bajada se extiende a otras modalidades de tabaco, dado que la picadura para liar ha pasado de los 247.646 kilos vendidos durante los diez primeros meses de 2023 a los 247.231 del mismo periodo de este año, mientras que en el caso de los cigarros se ha reducido su consumo de los 35,6 millones del pasado ejercicio a los 34,3 millones de 2024. Solo aumenta la demanda de la picadura de pipa, muy minoritaria, al pasar de los 37.251 kilos a los actuales 42.973.

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