Tribuna

Esperanza ante la pandemia

Joan Carles March Cerdà, doctor en Medicina Preventiva y Salud Pública

Hay un lugar para la esperanza. Sin duda. El mundo consolida el primer retroceso del coronavirus desde que comenzó la pandemia. Baleares y España se encaminan hacia semanas consecutivas de bajada en diagnósticos y en muertes en lo que ya no puede considerarse un artefacto estadístico: se trata de una tendencia clara. La mortalidad en las residencias de ancianos cae a su nivel más bajo en seis meses gracias a las vacunas.

Pero eso no implica tirar todo lo hecho por la borda, abriendo a tope como si junio-2020 se tratara. Implica prudencia. Implica precaución. Implica cuidado. Implica ir poco a poco en el proceso de desescalada hacia covid cero. Implica un proceso más rápido de vacunación por lo que conlleva vacunarse de disminución de contagios, de personas hospitalizadas o en UCI y de fallecidos. La vacunación es un buen motor para la esperanza en un año 2020 de desesperanza para la economía de muchos negocios, de muchos autónomos, de la mayoría de los sectores económicos y para muchos trabajadores, de las personas que han fallecido, para las personas que tienen una covid-persistente... La vacunación reduce el riesgo de CUALQUIER infección covid-19, no solo de enfermedad sintomática. Por tanto los vacunados son MUCHO menos contagiosos. Esperemos momentos para la esperanza después de conseguir un covid cero.

Y toda esa prudencia es porque la mala noticia es que, como hemos visto con las curvas en cada país, las caídas no son definitivas. Hasta esta última ola, hablando del virus, todo lo que baja acaba subiendo. Porque la curva puede cambiar de dirección en cualquier momento. Y más con las medidas que ponen en marcha nuestros políticos en Europa.

Ante toda esta situación y con el tema de las vacunas en el fondo, creo que la Unión Europea ha hecho algunos deberes bien, como son los acuerdos con las compañías farmacéuticas con una compra muy importante de vacunas y armas centralizada, pero no ha cerrado bien esos acuerdos en número de vacunas ni en los plazos; mucho menos en la trasparencia.

Y así nos va con los contratos, que ha hecho que no lleguen las vacunas con la celeridad que necesitamos.

¿Qué necesitamos?

  • Necesitamos que más laboratorios puedan fabricar las vacunas que utilizamos.
  • Necesitamos que haya una apertura de las patentes.
  • Necesitamos que se suspendan las patentes de vacunas, tratamientos y otras herramientas sanitarias contra la covid-19. Es el momento de usar todas las herramientas que tengamos para poder aumentar la producción, lo que incluye la transferencia de licencias y la exención de los derechos de propiedad intelectual. Es ahora o nunca.
  • Necesitamos saber que no estaremos bien hasta que todos estemos vacunados. Y para eso necesitamos un cambio del proceso de reparto de las vacunas, poniendo unos criterios no basados en el precio, como está osando en estos momentos. Así Israel tiene más vacunas porque las paga más caras. Y los países que van más avanzados en vacunación es porque han pagado de forma más cara las vacunas. Y hay que romper estas dinámicas.

En España tenemos que aprender de la colaboración público privada para conseguir un avance en las vacunas en España. Varios proyectos que tenemos en marcha en España de posibles vacunas, que serían de una calidad extraordinaria por los primeros resultados, no van a salir hasta muy tarde por la falta de la colaboración entre lo público y lo privado. En España nunca se ha sacado una vacuna comercial porque no hay mentalidad ni dinero.

Ahora pude ser que sea posible. Pero llegamos tarde, como nos pasa tantas veces. La investigación tiene que ser una prioridad. Y esperemos que consigamos un porcentaje mayor dedicado a la investigación para conseguir los proyectos que España necesita.

Yo creo que cuando salgamos nos olvidaremos de estas cuestiones de la ciencia y la salud pública. Incluso diría, antes de salir. No estoy viendo un apoyo a la investigación que incremente de manera sustancial el porcentaje dedicado a la investigación.

No he visto un apoyo a la salud pública, ni con un apoyo explícito al rastreo, ni con apoyo claro a instituciones como la Escuela Andaluza de Salud Pública, que ha sido durante 35 años referentes en Andalucía, en España y en muchos países del mundo.

Necesitamos más investigación, más vacunas y más salud pública, para que en otras pandemias seamos capaces de resolver las epidemias y la pandemia futuras.

Tengamos esperanza. Seamos prudentes.