Torneig de Dramatúrgia de Balears: La cantera de los autores teatrales cumple una década

Cuatro autores teatrales, dos contra dos, suben a escena cuatro textos inéditos de 40 minutos a través de la dramatización de dos intérpretes cada uno. Tres horas antes, actores y dramaturgos se conocen y ensayan, lo poco que pueden, para luego enfrentarse en el Teatre Mar i Terra entre ellos y sobre todo ante un público que reirá, sufrirá, se sorprenderá o se quedará indiferente.

Son quienes votarán qué pieza les ha gustado más y decidirán el ganador del Torneig de Dramatúrgia de les Illes Balears. Las semifinales de la décima edición se celebran este fin de semana y el próximo día 21 tendrá lugar la final, por lo que hasta 40 autores teatrales habrán pisado las tablas de la cantera de la dramaturgia insular durante sus diez años de vida.

El certamen impulsado por el actor y autor Toni Gomila tras ser invitado a participar en el torneo de Girona, con el mismo formato, ha contribuido a la eclosión de los creadores y expansión del sector en las islas. «Una década después los dramaturgos de aquí hablan de tú a tú con los de fuera. Se ha producido un punto de inflexión y ahora existe un reconocimiento de nuestro trabajo, sobre todo en Cataluña», como destaca Cristina Bugallo, al frente de Produccions de Ferro junto a Gomila.

Cuando en 2015 celebraron la primera edición, «apenas había obras de autores vivos, las instituciones e incluso las compañías privadas se centraban en montajes de dramaturgos muertos», resalta Sergio Baos, ganador de aquel torneo con el texto La classe.

Factores de la eclosión

Para el autor y protagonista de la multipremiada Acorar, gracias a la cual fue invitado al decano de los torneos, varios factores propiciaron la eclosión: «El gran momento de la escritura llegó con los guiones para series de IB3 cuando se inició en 2005, pero al llegar la crisis de 2008 se cerró el grifo, por lo que los creadores nos tuvimos que seguir buscando la vida. Y surgió el microteatro, que durante aquellos años amparó al sector», recuerda Gomila. «Otros formatos sencillos que también comenzaron a extenderse fueron las lecturas dramatizadas y piezas sin apenas escenografía», añade. Al ser espectáculos económicos, el público se interesó por ellos y en este contexto la aparición del Torneig de Dramatúrgia tuvo una gran acogida.

Tras ganar la primera edición, Baos quedó finalista en Girona, al igual que Xisco Rosselló (que triunfó en el III Torneig insular) y Bernat Molina (en la séptima edición). La cantera balear llegó a lo más alto de la competición catalana con Marta Barceló y Laura Gost; y la autora de Abans que arribi l'alemany, Tocar mare y Zona inundable se coronó también en el Torneo de Buenos Aires.

Su trayectoria posterior al escenario del Teatre Mar i Terra «es el caso más paradigmático de hasta dónde se puede llegar», en palabras del impulsor. De hecho, la obra basada en la torrentada de Sant Llorenç fue nominada a los premios Max y Butaca. «Después del Torneig he tenido unos años muy buenos, principalmente en Cataluña, y ha habido además una repercusión en el extranjero», indica Barceló. Pero lo que más le congratula es que ahora ya no es la única, sino que «lograr que tu obra sea traducida a otro idioma y estrenar fuera de casa empieza a generalizarse».

"No están a la altura"

Tal como apunta Joan Fullana, autor de la pieza galardonada en la cuarta edición, la dramaturgia balear «ha crecido mucho tanto cualitativamente como cuantitativamente, pero las instituciones no se muestran a la altura de esta evolución alcanzada con enorme esfuerzo, ya que su apoyo no se ve reflejado». Pese a que el Teatre Principal de Palma fue un centro productor la pasada legislatura (actualmente se encuentra en un impasse por la falta de director), «debería haber muchísimas más instituciones culturales locales que impulsaran la producción», denuncia el autor de Nür.

El resto le da la razón y Baos señala que «cuando se habla de deporte, los políticos están orgullosos de lo conseguido y consideran a los triunfadores los embajadores de las islas, pero cuando se trata de cultura se olvidan de nosotros», lamenta el creador de la exitosa obra Les maleïdes.

Además de la falta de orgullo, David Mataró teme la «inquina que se produce cuando hay un cambio de gobierno de distinto color político. Parece que piensan que lo de antes está mal simplemente porque era de los otros y así no hay manera de evolucionar», en palabras del ganador en 2022 con Al Berta, pieza que inspiró la posterior obra El jorn del judici, escrita a tres manos por Mataró, Baos y Barceló. De todos modos, «lo importante en el torneo y en cualquier representación es que el público lo pase bien, tanto si es nuestra obra como de nuestros compañeros», resalta.

Todos coinciden en que «no hay competitividad, sino que es un juego, una fiesta. En espacios como la dramaturgia y la creación en general carece de sentido», tal como afirma Fullana. Para Mar Pla, cuya pieza Mami-Fera ganó la sexta edición, «la posibilidad de participar en el Torneig permite experimentar libremente con lo que queramos, más allá de estar pensando en si el público votará tu texto». A unos les ha supuesto poder introducirse en un nuevo formato, como Mataró, que viene del audiovisual; para otros ha sido la pista de salida a una trayectoria exitosa, y sobre todo el certamen dramatúrgico que cumple diez años de existencia ha acabado convirtiéndose en una auténtica cantera de autores teatrales.

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