Entrevista

El ilustrador e historietista Santiago Sequeiros en Mallorca: «Me gusta lo que me perturba porque agita»

«A quienes quieren ser ilustradores les recomendaría que se corten las manos antes de que sea tarde, es un oficio devaluado económicamente»

Santiago Sequeiros, en su exposición del Casal Solleric

Santiago Sequeiros, en su exposición del Casal Solleric / B. Ramon

Raquel Galán

Raquel Galán

«La cantidad de alma vertida en Romeo muerto convierte este libro en una extensión –distorsionada y oscura– de la psique del autor», avanza el panel introductorio de la exposición del Casal Solleric sobre la esperada obra del ilustrador e historietista Santiago Sequeiros. Es uno de los protagonistas de Còmic Nostrum, que se celebra este fin de semana, y la muestra Exvotos a Romeo muerto recoge páginas originales, cuadernos de bocetos y notas de su trabajo más trascendente e impactante. Se podrá visitar hasta después de Navidad.

Es la primera vez que Còmic Nostrum cuelga el cartel ‘Esta exposición incluye imágenes que pueden afectar a la sensibilidad de algunas personas’. ¿Le había ocurrido antes?

No, porque es la segunda vez que expongo Romeo muerto, o sea que lo que no suele ocurrir es que expongan mi obra. El aviso no me parece ni bien ni mal, no tengo ninguna valoración moral sobre ello.

Dice que Romeo muerto abrió una ventana a su mente. ¿Para dejar pasar el aire y espantar a los demonios?

No. Sería más bien como si yo fuese un niño, entre comillas, y estuviese jugando en un arenero que está lleno de barro psíquico y voy escarbando en todo lo que no comprendo, lo que no logro asimilar de mí mismo.

¿El nombre hace un guiño al personaje de Shakespeare?

Más que al personaje, diría que al arquetipo construido a partir del Romeo enamorado. Sí es un guiño a Romeo is bleeding, una película protagonizada por Gary Oldman sobre la corrupción de una persona.

Las referencias culturales son continuas en su obra.

La cultura es lo único que nos conforma la psique humana.

¿Qué supuso retomar en 2012 un proyecto gestado en 1997?

Mucho trabajo porque me di cuenta de que tenía que arreglar lo que había estado cocinando en mi cabeza y dibujando durante esos años, debido a que no tenía ninguna estructura y era además reiterativo. No intenté hacerlo más comprensible, pero sí darle mayor riqueza. Mi estado mental tras dejar el alcohol en 2011 era un poco mejor. La recuperación del alcoholismo es un proceso muy lento, aunque cada año iba mejor y lo publiqué en 2021.

¿A qué se parece su ciudad imaginaria La Mala Pena?

Se parece a mi cerebro, que está lleno de meandros, muchos de ellos inaccesibles.

Santiago Sequeiros en Còmic Nostrum

Santiago Sequeiros en Còmic Nostrum / B. Ramon

¿Se siente más cómodo con su propio guion que ilustrando para otros textos en prensa?

Me siento igual de cómodo en ambos casos. Me enriquecen de diferente manera, aunque con la misma intensidad. El trabajo de ilustrar para prensa me ata a la realidad, mientras que Romeo muerto, que continuará, me deja totalmente fuera de todo, solo pensando en cosas personales. Otra diferencia es el lenguaje, más elíptico en el primer caso y más secuencial en cómic.

El lema de esta edición es ¿Menos es más? ¿Sus dibujos dan una respuesta negativa?

Todo depende. Menos es más para lograr cierto efecto, cuando en algunos casos buscas obtener un eco mayor, o sea el contenido se expande. En otras situaciones más es más por acumulación. Pero también tienen su reverso, igual que cuando ante cualquier presunta gran verdad, hay una presunta gran mentira.

¿Qué recomendaría a quienes quieren ser ilustradores?

Que se corten las manos antes de que sea demasiado tarde. La ilustración es hoy día un oficio devaluado económicamente. Yo comencé a hacer ilustración de joven porque el cómic no me daba de comer y actualmente no se logra con ninguno de los dos. Es mejor que lo sepan.

¿Su portada para el ensayo Los mongoles de Bagdad, de José Luis Sampedro, sirve para dibujar el conflicto actual entre Palestina e Israel?

La semana pasada lo ilustré para el artículo de Arcadi Espada en El mundo y me inspiré en el memento mori medieval de un cuervo encima de una calavera. En mi dibujo el cuervo lleva una rama de olivo en el pico, como la de paloma de la paz, y enmarco todo en un escenario. Llega un momento en el que parece que las situaciones se repiten, no en el sentido político, sino en que básicamente bombardean una ciudad y la dejan en ruinas.

¿Cómo dibujaría la situación política en España?

Haría un diálogo sobre nada reflejado con un juego de espejos entre dos agujeros. Imagínate la figura de un hombre agachado mirando un agujero, pero como no tiene cabeza, en su cuello hay otro agujero.

¿Con qué adjetivo o adjetivos se queda: dibujante perturbador, maldito, de culto, underground?

Me gusta ser perturbador y también lo que me perturba. Es lo que hace que te agites, lo que te cambia de sitio, te pone en otro lugar, te obliga a mirar lo que no quieres ver. Perturbador es un adjetivo bonito, ¿verdad?

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