Biel Mesquida: «La cultura nos hace felices. La incultura nos hace salvajes, racistas y malos»

El escritor acaba de publicar ‘Passes per Palma’, un libro en el que aúna sus recuerdos personales con la historia y lugares de Ciutat que le han marcado. Y los acompaña con las fotografías de Jean Marie del Moral

Biel Mesquida: "'Passes per Palma' es un libro donde cuento esta ciudad mía y eterna que es Palma"

B. Ramon

Montse Terrasa

Montse Terrasa

En Passes per Palma (editado por Vibop), el escritor Biel Mesquida (Castelló de la Plana, 1947) ha dejado de lado el lenguaje más barroco, la «orfebrería complicada» que le caracteriza, y abre sus recuerdos y su vida íntima de una manera «comprimida». De su mano, y de la de su padrina Joana y de su madre, Paulina, nos lleva por rincones de Ciutat que forman parte de su memoria, los reivindica y los menciona para que sigan presentes, y lo hace sin nostalgia ni melancolía. Al contrario, habla de una ciudad viva y reivindica lugares, algunos ya desaparecidos, para que no sean olvidados. El 18 de octubre presentará este libro ‘memorialístico’ en Can Balaguer, a las 19 horas.

Mesquida ha caminado mucho por Palma. Este último año también la ha recorrido junto al fotógrafo Jean Marie del Moral, parte importante de este libro, para que sus imágenes también unan la historia de la ciudad y su presente.

El escritor explica que ha creado un caleidoscopio de la ciudad, «un libro hecho de pequeños detalles». Comienza con su infancia, marcada por su abuela y el barrio de El Terreno. A lo largo de las páginas, el autor intercala sus impresiones de Palma con sus vivencias, con los encuentros de personajes tan significativos para la cultura catalana como Francesc de Borja Moll o Josep Maria Llompart, pero también con figuras glamurosas como Grace Kelly y María Callas, a quienes vio, acompañadas por Rainiero de Mónaco y Onassis, a muy poca distancia cuando él era un adolescente de 14 años fascinado por el cine y la música.

Edificios y topónimos, lugares que formaban parte de una manera de vivir la ciudad, están muy presentes en este libro, en el que Mesquida también incluye episodios oscuros, como los fogons de jueus y los asesinatos de republicanos. «Lucho contra ciertas asociaciones que no dejan quitar sa Feixina, para mí es el símbolo del fascismo militante que tiene una gran parte de esta sociedad», remarca el escritor. «El libro no es nostálgico ni costumbrista, es un libro militante, es mi voz», añade.

Pero esa voz, describe, «es alegre, gozosa, silente, detallista, sensible, honda, llena de ecos...». En este libro, en el que dice que se ha «abierto con nombre y apellidos, con familia y amigos y con este amor a la ciudad de una forma muy reveladora, transparente», Mesquida ha probado «un lenguaje muy densificado, muy comprimido», frenando sus ganas de explayarse. El resultado son «como miniaturas», visiones de Palma.

Biel Mesquida hojea su libro.

Biel Mesquida hojea su libro. / B.RAMON

¿Qué diría su abuela de la ciudad hoy? «Ella enfermaría si viera la Palma actual, que es lo que nos pasa a la gente que queremos a Palma», dice. Le preocupa «muchísimo» el futuro de Ciutat tras el cambio político del 28M: «Tengo una gran tristeza de ver que esta sociedad nuestra es esto, una sociedad muy vendida, muy de aparentar, que no se quiere». Advierte de que «la conjunción de una sociedad con poca conciencia de su riqueza cultural, patrimonial, histórica y unas autoridades políticas que a veces solo se interesan por el poder, y por ayudar a que los ricos sean más ricos y los pobres, más pobres, puede llevar a estas islas a una situación de aculturación».

En esa línea, califica de «acontecimiento histórico» que Francina Armengol haya abierto la puerta a las lenguas cooficiales en el Congreso. «La cultura nos hace felices. La incultura nos hace salvajes, racistas y malos. La cultura nos hace felices, sabios y amadores», defiende.

En un capítulo de su libro afirma que Palma es una ciudad donde es más fácil enamorarse. «En un lugar turístico tienes esto. Y en Palma he hecho el amor en muchos lugares públicos, sí, en jardines, en coches, en cines...», confiesa al respecto. «La gente ahora no se quiere tanto en público. La gente ni se besa en la calle ni se coge de la mano... Creo que hay una especie de puritanismo y de falta de erotismo», analiza. «Lo políticamente correcto ha llegado y nos ha convertido en personas más frías, menos sensibles, menos detallistas», lamenta.

Biel Mesquida cree que el turismo masificado y la gentrificación han provocado «una bajada de la sensibilidad respecto a Palma». Por ello, «el libro quiere ser como una especie de energía que se da al lector para que vea otra Palma a través de mi letra y mi historia, porque para que un lugar sea memorable ha de haber pasado alguna cosa que te haya impresionado, si no, se convierte en un colorín», concluye.

Biel Mesquida, en el puerto pesquero de Palma, uno de los lugares ligados a su vida. | B.RAMON

Biel Mesquida, en el puerto pesquero de Palma, uno de los lugares ligados a su vida. / B. Ramon

'L'adolescent de sal' cumple 50 años

En este 2023 se cumplen 50 años del premio literario otorgado por la Fundació Prudenci Bertrana a Biel Mesquida por su primera novela: L’adolescent de sal

Como primeros autores premiados por esta entidad cultural, Biel Mesquida compartirá un encuentro con Carme Riera y Oriol Pi de Cabanyes, el próximo 21 de septiembre, en Girona.

Al día siguiente, en Barcelona, será el Institut d’Estudis Catalans el que conmemore ese premio. En ese acto intervendrá Mariàngela Vilallonga, presidenta de la Fundació Bertrana, Nicolau Dols y Sebastià Alzamora, presidente y miembro, respectivamente, de la sección filológica del Institut, Pep Nadal, miembro del jurado que le otorgó el galardón cincuenta años atrás, y Sebastià Portell, presidente de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana. Mesquida no oculta su «ilusión» por celebrar este aniversario. «Considero que he tenido mucha suerte, porque, tras 50 años, el libro sigue en las librerías, lo cual es un milagro, y lo lee todo tipo de gente que no había ni nacido en aquella época. Y por los comentarios que me llegan, el libro ha superado el paso del tiempo», comenta el autor. 

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