Detrás del altar: el arte de la oficiante de bodas

Muchas parejas del siglo XXI recurren a la figura de la 'ceremony planner' para personalizar su día romper con los estereotipos

Elena Nieto en una de las ceremonias donde ha ejercido como oficiante.

Elena Nieto en una de las ceremonias donde ha ejercido como oficiante. / M Boda Íntima

Elena Nieto, oficiante de bodas y ceremony planner, estudió Arte Dramático en el Institut de Teatre de Barcelona y se dedica a los eventos desde hace más de ocho años. Ahora, con dos premios Wedding Awards a sus espaldas, es la primera opción de muchas parejas del siglo XXI que buscan romper con la norma y celebrar el gran día a su manera.

La mallorquina se introdujo en el mundo de las bodas cuando una de sus mejores amigas de la infancia le pidió que la casara: “Empecé a investigar y montamos una ceremonia súper chula. Con una coreografía sorpresa y todo”. Desde entonces, parejas de distintas partes de España acuden a ella incluso un año antes de su boda para contar con ella.

Vínculo entre la 'planner' y los novios

Llama a sus clientes “mis parejas” porque el vínculo que crea con ellos va más allá de una relación profesional. “He llorado muchas veces, solo que lo disimulo. También cuando mencionamos a gente que ya no está: yo también he perdido familiares y tengo que hacerme la fuerte pero en realidad estoy emocionada. Se me corta la voz, pero no me importa”, confesó Nieto en una entrevista a este medio.

Una obra de teatro en la vida real

A la oficiante le gusta planificar cada ceremonia al detalle. El proceso por el que pasan las parejas, que se alarga hasta los seis meses previos a la boda, empieza con una entrevista para concretar la estructura y otros aspectos más técnicos del discurso: un briefing en el que se decide la temática y cuestiones como la entrada, el ritual, las sorpresas, las lecturas,… “Es como una obra de teatro. Lo controlo todo”, explicó la mallorquina.

“He hecho de todo, desde unos votos con un gintonic en la mano, que una persona entrara de incógnito con una máscara y una voz robótica de fondo o que alguien saliera a hacer una lectura haciendo un baile de Tik Tok. A veces levanto a la gente o hago una mención especial a un familiar. Hay hasta mascotas que entran con los anillos, solo que de eso se encarga la cuidadora”, recordó Nieto.

Jordi y Anna, una de “sus parejas”, recordaron a este medio un momento de su ceremonia que vivieron con especial emoción: “Quisimos hacer un gesto por los familiares que ya no están físicamente con nosotros y soltamos un globo en su honor”.

Anna i Jordi en el altar junto a la oficiante de la ceremonia, Elena Nieto.

Anna i Jordi en el altar junto a la oficiante de la ceremonia, Elena Nieto. / Laia Ylla

Segundo paso: las entrevistas personales

Después de decidir la línea general de la boda, cada integrante de la pareja mantiene una entrevista con la oficiante para conocer su personalidad y su historia de amor. “Es algo muy personal. A veces te cuentan cosas duras. Cada pareja tiene su historia y tienes que tener mucha empatía. Con esto escribo el texto. Es todo personalizado, hasta la papelería”, contó la mallorquina, quien se encarga de hasta guardar todos los actas de sus reuniones para que los enamorados se queden con un recuerdo del proceso.

Laura y Raquel, otras clientas de Nieto, explicaron a este medio que su plan inicial era que oficiaran la ceremonia unas amigas: “Vimos que había mucho por hacer, que son muchas cosas”. La pareja recurrió a la mallorquina tras encontrarla en Instagram y describieron la experiencia como “muy divertida y muy laboriosa”. “La ceremonia le encantó a todo el mundo, fue perfecta. No hubiera sido lo mismo sin ella”, añadió Laura.

Laura y  Raquel junto a Elena Nieto el día de su boda.

Laura y Raquel junto a Elena Nieto el día de su boda. / M Boda Íntima

Tranquilidad en el gran día

Una de las partes que más agradecen los novios es el ensayo previo, donde la oficiante les indica desde cómo sentarse y coger el micrófono a cómo ponerse las alianzas y mirarse a los ojos. “Está muy bien porque el día de la boda ya sabíamos todo y nos dio mucha tranquilidad”, confesó Laura.

El viaje de tu vida

Según la oficiante, la clave para una buena ceremonia es encontrar un equilibrio entre el humor y el sentimentalismo: “Hay que trabajar con un poco de humor y emotividad. Si todo es muy cachondo, quizás nos pasamos de vueltas, pero si es todo súper emotivo, se vuelve empalagoso y la gente quiere disfrutar. Es como un viaje”.

Romper con los estereotipos

Un trabajo calculado al milímetro y encajado en todo el engranaje que gira en una boda: Djs, wedding planners, organizadores, proveedores, músicos, invitados,… El objetivo tras el trabajo de Nieto es el romper los estereotipos de las ceremonias tradicionales: “Los textos no conectaban con la gente. Se ponía una persona a hablar sobre algo que no era cercano. Hay que buscar romper con eso porque todo es posible”.

Papelería de Elena Nieto para una de las bodas.

Papelería de Elena Nieto para una de las bodas. / Imma V Photography

“Nuestros votos fueron muy originales y divertidos. Queríamos salir del corsé que se tiene en la cabeza cuando piensas en los votos de una boda. La gente no se lo esperaba”, afirmó Jordi. “Ya fue un trabajazo pues no me imagino sin ella. Se le ocurrían cosas que a nosotras ni se nos habían pasado por la cabeza. Nos facilitó mucho la vida”, confesó Laura.

Elena Nieto ha añadido recientemente a su catálogo la animación de banquetes, otro de los servicios por los que optan muchas de las parejas hoy en día. Todo para que tanto los novios como los invitados vivan un día que, en palabras de Jordi, “nunca olvidarán”.

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