La cuarta edición de la Festa de ses Clovelles, en el marco de las tradicionales fiestas de Santa Praxedis de Petra, volvió a ofrecer singulares imágenes. Centenares de niños, jóvenes y adultos revivieron el robo de las clovelles (cáscaras de almendra) en un despiadado lanzamiento-batalla ante la céntrica Casa de la Vila, donde un año más se instalaron aspersores para mojar a la gente. No faltaron la animada música y el baile para mover el esqueleto. Calor y rostros de alegría. Toneladas de agua, alcohol y cáscaras de almendra. Ingredientes de una celebración promovida por la asociación de jóvenes El Dimoni s,hi va retre.

Tras la concentración matinal en la plaza de la Rectoria tuvo lugar el almuerzo en s´Estació Vella. Cabe destacar el grupo de danza simbólica tipo cossiers que, surgido en 2009, se ha consolidado y consigue seducir al público por sus cuidadas música y coreografías, llamando la atención la figura de Santa Praxedis, encarnada por una mujer del pueblo de más de treinta años y soltera. El recorrido urbano con baile contempló varias paradas. Tras la comida, la multitud se congregó en ses Escoles Velles, donde se despojó al famoso dimoni de las llaves de la Casa de la Vila de la calle Hospital. La expedición se dirigió luego hasta la principal institución municipal.

Un considerable número de ciudadanos aprovechó la fuente de la plaza para cargar pistolas y llenar botellas, cubos y otros artilugios. En las inmediaciones de la Casa de la Vila danzó otra vez el grupo de Santa Praxedis, entrando después al edificio y liberando así los sacos de clovelles con sello local. Mezcladas con líquidos provocaron, un año más, bastante suciedad en la vía pública.

El sentido de la Festa de ses Clovelles se justifica en que la historia rememora que antaño la Casa de la Vila atesoró cáscaras para alimentar braseros. Al espacio del calabozo, antigua prisión, se le conocía, y llaman aún hoy, ses Clovelles.

El programa de Santa Praxedis también ofrecía ayer una tirada de guàtleres; la inauguración de una exposición de pintura a cargo de Antònia Vives, Aina Ripoll y Joana Jover, en Ca n´Oms, y verbena con Honey y Orquestra Romàntics en la plaza del Pare Serra.