Copa del Rey

Dominik Greif, el nuevo gran héroe del Real Mallorca

El portero eslovaco fue clave en el pase a la final de la Copa del Rey, deteniendo un penalti a Brais Méndez antes del descanso y haciendo lo mismo con Oyarzabal en el primero de la tanda de penaltis, allanando el camino para la victoria

Greif detuvo el penalti de Oyarzabal en la tanda de penaltis.

Greif detuvo el penalti de Oyarzabal en la tanda de penaltis. / EFE

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Si alguien se merecía lo que pasó anoche en el Reale Arena ante la Real Sociedad ese es Dominik Greif. Sin hablar del portero eslovaco no se entendería que el RCD Mallorca esté en la final de la Copa del Rey 21 años después. Mantuvo al equipo con vida deteniendo un penalti a Brais Méndez antes del descanso e hizo lo propio ante Oyarzabal en el primero de la tanda de penaltis, allanando el camino a sus compañeros.

De carácter tranquilo, ya en el calentamiento no se dejó intimidar en ningún momento. Feliz y sabiendo la oportunidad que tenía por delante, por sus guantes pasaban gran parte de las esperanzas bermellonas de meterse en la final. No fue muy exigido durante el choque, pero apareció y grabó su nombre en los libros de historia del club.

Providencial

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Copa del Rey | Real Socedad- RCD Mallorca: Las mejores fotos de la emocionante semifinal de Copa del Rey / EFE

El penalti que le detuvo a Brais Méndez en el minuto 44 fue el primero de sus grandes momentos de la noche. El eslovaco aguantó, se venció al lado izquierdo de su portería pero mantuvo los pies en el centro, despejando el balón y dando una vida extra a sus compañeros y especialmente a Antonio Raíllo, autor de la pena máxima.

En la segunda parte, con el carrusel de centros al área, se mantuvo firme. Aunque la noche le deparaba su aparición estelar en la tanda de penaltis. El primero fue Mikel Oyarzabal, un especialista desde los once metros. Se hizo el silencio en el estadio cuando Greif le adivinó la intención. Fallar el primer lanzamiento fue un mazazo para la Real Sociedad y un subidón para el Mallorca, que completó el trabajo con cinco lanzamientos espectaculares.

En la celebración, al ser abrazado por Darder y el resto de compañeros, mantuvo su carácter tranquilo, incluso tímido. Sin apenas darse cuenta, se acababa de convertir en un nuevo héroe para el mallorquinismo, que siempre recordará que aquel 27 de febrero en el Reale Arena fue providencial para lograr el pase a la final. "No entiendo, tenemos uno más, no hemos terminado el trabajo", dijo a los medios del club al finalizar el partido bromeando sobre la celebración de sus compañeros.

Una trayectoria complicada

La carrera de Greif en el Mallorca no ha sido nada sencilla. Como tampoco lo fue su fichaje. Tras acudir a la isla para negociar su pase desde el Slovan de Bratislava, finalmente la operación no se pudo concretar. El hastag #freedominik se hizo entonces viral, con la afición bermellona reclamando su fichaje a la dirección deportiva, haciéndose realidad pocos meses después a cambio de un millón y medio de euros.

Problemas físicos

La presión era enorme sobre él, pero se encontró con la figura de Manolo Reina y de Sergio Rico poco después. Su debut, ante Osasuna en Son Moix, levantó muchas expectativas, pero no fue el soñado. De hecho, se cuentan con una mano los encuentros que ha disputado en la competición doméstica. Más allá de ello, sus problemas físicos le han traído por el camino de la amargura.

Aquejado de una dolencia en la espalda a la que no se encontraba solución, no fue hasta el curso pasado cuando empezó a ver la luz al final del túnel, aunque por entonces tenía a Predrag Rajkovic por delante.

La Copa del Rey, su refugio

La Copa, como cada año, volvería a ser su refugio. A excepción del partido ante el Valle de Egüés, en el que estuvo ausente por una indisposición, ha sido el portero escogido por Javier Aguirre en la portería. Imbatido hasta cuartos de final, ya en octavos, frente al Burgos, dio una buena muestra de lo gran portero que es, mostrando una gran seguridad en todas las acciones en las que tuvo que intervenir.

Frente al Girona, en Son Moix, fue providencial con una mano a Savinho tras el primer gol bermellón. Y en el segundo tiempo, con los catalanes acosando el área, aprovechó su gran envergadura para hacerse enorme en todos los envíos por alto.

Lo que pasó este martes (y parte del miércoles) ante la Real Sociedad ya es algo por lo que será recordado siempre. Sin hacer ruido, ha ayudado a meter al Mallorca en la final. Ahora le toca completar el trabajo en La Cartuja el 6 de abril, pero ya habrá tiempo para ello.