Opinión

El margen de error se reduce

Gio González intenta evitar una internada de Samu Lino

Gio González intenta evitar una internada de Samu Lino / E.Press

Los partidos del Mallorca de Javier Aguirre tienen muy poco de imprevisible, especialmente cuando el rival de turno arranca con la vitola de superior. El que le enfrentó ayer al Atlético de Madrid fue otra película con el guión esperado, con muy escasos matices. Defensa de cinco atrás y a aguantar las embestidas del rival a la espera de un milagro en forma de ocasión. Todo respondió de inicio a lo proyectado por Aguirre, que vio como la muralla rojilla no se resquebrajaba pese a los esfuerzos de Lino y cia. 45 minutos sin conceder ni una ocasión de gol gracias a un derroche físico de los jugadores, con especial mención para Darder y Samu Costa que batieron un récord de kilómetros en busca de la pelota, con una presión más adelantada que nunca.

El desgaste físico pasó factura tras el descanso y se sucedieron las ocasiones que el Atlético no fue capaz de generar durante la primera mitad. El gol de Griezman fue el mazazo que dio al traste con los planes y las posibilidades de los de Aguirre, que no que se desplegaron a la desesperada en busca del milagro, que paradójicamente pudo producirse si Amath no se mostrara, por enésima vez, negado ante el gol tras recibir un pase magistral de Darder.

El margen de error en la Liga se va agotando y la situación no es dramática únicamente porque los tres últimos siguen sin levantar cabeza, pero los dos próximos partidos en Son Moix, ante Cádiz y Alavés son de aquellos en los que el Mallorca no puede dejarse ni un punto. Para temblar.

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