Fútbol

Figueroa Vázquez arruina la fiesta de la permanencia del Real Mallorca en Son Moix

El árbitro andaluz omite unas manos previas de Ares que hubieran anulado el penalti de Galarreta a quince segundos del final de un partido que los bermellones, con un gol de Kang In Lee, merecieron ganar ante el Athletic - La salvación es virtual, con diez puntos de ventaja sobre el descenso con dieciocho en juego, pero este empate indignó a un afición rabiosa (1-1)

Real Mallorca - Athletic Club

Real Mallorca - Athletic Club / B. Ramon

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

El mallorquinismo tiene motivos de sobra para estar indignado. Justo cuando ya se frotaba las manos por un triunfo merecido ante el Athletic, gracias a un gol de Kang In Lee, se quedó con cara tonto a quince segundos del final. Figueroa Vázquez señaló penalti por manos de Galarreta tras un tiro de Raúl García. Eran claras, pero jamás debería haberse pitado porque justo antes, Adu Ares, controló el balón de forma evidente con el brazo, más allá de hacer falta sobre Hadzikadunic. Nadie entendía nada, pero se esperaba que el colegiado fuera a consultar la acción en el VAR. Pero nada más lejos de la realidad porque Estrada Fernández, desde la sala VOR, no le advirtió y el árbitro lo tuvo tan claro que ni siquiera fue a verlo en algo muy difícil de entender. Iñaki Williams batió a Rajkovic desde los once metros y arruinó la fiesta de la permanencia en Son Moix (1-1).

Este empate deja al equipo con diez puntos sobre el descenso cuando apenas quedan dieciocho en juego, la salvación es virtual, pero dejó un sabor muy amargo a un equipo que se había ganado celebrar estar un año más en Primera este mismo lunes y no tener que esperar más tiempo. 

Había ingredientes de sobra para ver un buen partido. Los 16.807 espectadores, la tercera mejor entrada de la temporada tras las del Real Madrid y Barcelona, crearon un fabuloso ambiente en Son Moix, aunque el juego solo estuvo a la altura de forma esporádica en este primer periodo. El Mallorca, que le cedió el balón de forma descarada a un Athletic que no encontraba huecos, estaba especialmente espeso a la hora de crear. Detrás de la pelota estaba cómodo, pero cuando la recuperaba apenas le duraba dos o tres pases, algo que imposibilitaba hacer daño al adversario. El listón con las tarjetas de Figueroa Vázquez tampoco ayudó porque desquició a los locales al mostrar amarillas exageradas a Raíllo, Muriqi y Maffeo, que será baja en Girona. Eso sí, precisamente fue el cordobés, que el viernes firmó su ampliación de contrato hasta 2026, el que remató por primera vez con un cabezazo, pero el balón rebotó en Vivian y se fue a córner. 

Los visitantes tocaban y tocaban, con Ander Herrera y Vesga como organizadores, pero no hallaban el espacio para que aparecieran los Iñaki Williams, Raúl García y compañía. El duelo, que no estaba siendo nada vistoso, se animó en el tramo final de este acto porque el Mallorca elevó sus revoluciones, con un Kang In Lee demostrando muchas ganas de hacer ruido. Un chut de Morlanes que tocó en Herrera y se fue desviado fue un aviso, pero la ocasión más clara la tuvo Valjent. El central recogió un balón muerto en el interior del área tras un córner, pero su tiro chocó en la pierna de Yuri. Fue una pena porque hubiera sacado petróleo frente a un adversario que solo sorprendió en el minuto 44 con un testarazo de Paredes que blocó Rajkovic con seguridad.

No le debió gustar a Valverde lo que había visto porque en el descanso introdujo a Nico Williams. Y como suele suceder en demasiadas ocasiones, el Mallorca salió empanado en la segunda mitad. Copete estuvo providencial para anular una buena acción de Berenguer y después un disparo de Raúl García que se marchó fuera. Ya era toda una declaración de intenciones del conjunto vasco, que salió con más ritmo. 

Eso sí, un error clamoroso de Vivian estuvo a punto de aprovecharlo Muriqi, pero Agirrezabala salió rápido para abortar la acción. Y justo después Amath, sin la ayuda de nadie, fabricó una ocasión que estuvo a punto de levantar de sus asientos al público. Regateó a Vivian y su disparo, lleno de violencia, se estrelló en el larguero. Esto fue un punto de inflexión para los bermellones, que se espabilaron. 

Hasta que llegó el éxtasis en el estadio, con Kang In Lee como gran protagonista. El surcoreano regateó a un rival en el centro del campo, le envió un gran pase a Amath, que controló en carrera con mucha calidad para enviarle la pelota a Muriqi. El kosovar no acertó a rematar, pero fue capaz de cedérsela al asiático, que desde atrás chutó para marcar sin que Yeray la pudiera despejar. Un gran gol, el sexto de su cuenta particular, que refuerza el argumento de que este jugador ya es una estrella de la Liga y, por supuesto, de un Mallorca que puede estar disfrutando de sus últimos encuentros con su camiseta. 

Este 1-0 era oro puro, había que resistir como fuera, pero la realidad es que Amath intentó ampliar la distancia en el marcador, pero el chut se fue fuera. Aguirre añadió consistencia al centro del campo, con la entrada de Baba y Dani Rodríguez, y no le quedó más remedio que introducir a Hadzikadunic por los problemas en el tobillo de Raíllo. 

En el lado contrario entró Adu Ares para tratar de hacer daño con su velocidad, pero el peligro llegó desde lejos. Primero con un chut de Nico Williams y después Raúl García, con un cabezazo y un remate en el interior de área, que se encontraron la mejor versión de Rajkovic. El Mallorca empezó a sufrir de verdad ante un Athletic que mostraba los dientes. Las fuerzas empezaban a fallar, pero no quedaba otra que aguantar. El premio era demasiado grande como para dejarlo escapar. Aguirre sentó a unos agotados Kang y Muriqi por Antonio y Kadewere para dar más aire al equipo. Raúl García, otra vez, probó fortuna con un testarazo que atrapó el meta serbio.

El Athletic, que atacaba con más corazón que cabeza, se encontró con un regalo inesperado. Figueroa Vázquez señaló penalti por manos de Galarreta tras un tiro de Raúl García sin tener en cuenta las de Adu Ares justo antes. Solo quedaban quince segundos para el final pero el árbitro no quiso revisar la jugada, ver para creer. Iñaki Williams marcó y desató la ira sobre el césped. Raíllo y el ayudante de Aguirre, Toni Amor, fueron expulsados con tarjeta roja por protestar de forma airada. Era imposible quedarse callado porque este empate sabe a muy poco. Qué lástima y, sobre todo, qué rabia.