Lletra menuda

Parálisis por exceso de apetencia

Llorenç Riera

Llorenç Riera

La ambición mata, lo cual, dicho en términos comerciales y de entretenimiento veraniego, puede concretarse en inactividad, tanto por lo que respecta al beneficio económico como al confort personal. La playa, en la que también desembocan todos los comportamientos humanos, se ha convertido en un fiel exponente de todo ello. El trabajo acumulado que lleva arrastrando Costas y la actitud que mantiene en su gestión del litoral, ayudada por los vicios adquiridos por muchos concesionarios de explotaciones playeras, están contribuyendo a la confusión y el abuso que repercuten en los servicios que se prestan sobre la arena. Cala Falcó, en Calvià, no dispondrá de chiringuito este verano precisamente por ambición desmesurada. Costas ha parado los pies al nuevo concesionario por sobrepasar los límites tolerables. Había comenzado a levantar la estructura ocupando una superficie mayor de la permitida y, no solo eso, lo hacía fuera de la zona de dominio público marítimo-terrestre. El resultado de la incidencia, que puede tener su génesis en las bases de la convocatoria de concesión del chiringuito, es la habilitación de un segundo concurso con unos plazos que por necesidad no podrán cumplirse antes del verano. Cala Falcó queda presa de parálisis por desborde de ambición.

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