Calvià
Las playas de Calvià, un cementerio de barcos
El municipio atesora en los últimos años una nutrida lista de barcos embarrancados, que generan inquietud vecinal por su impacto en el entorno
Un nuevo barco varado en Portals aumenta la larga lista de ‘naufragios’ en las playas de Calvià
En algunos casos, los retrasos para retirarlos ha provocado quejas vecinales
Cuando llega la temporada baja, las playas de Calvià tienen pocos moradores, más allá de algún turista bien amante de la soledad bien bastante despistado, los cañizos que se colocan a modo de protección contra la erosión y las efigies mudas de los chiringuitos con persianas bajadas.
Otro tipo de morador que puede verse por los arenales está proliferando en los últimos años, al ritmo de temporales más agresivos:las barcas, veleros y yates que acaban colonizando involuntariamente las orillas del litoral calvianer. Suelen ser embarcaciones amarradas en puntos protegidos de la costa, que acaban desplazadas por las corrientes.
El último ejemplo de esta realidad se encuentra estos días en el arenal contiguo a Puerto Portals, una pequeña playa frecuentada en verano sobre todo por los residentes de la zona. En un extremo de la Platja Punta Portals, ha aparecido embarrancada una embarcación, justo a pocos metros donde el año pasado quedó varado un barco que dejó tras de sí un reguero de tablas de madera, bidones de aceite de motor, restos de utensilios náutico y plásticos.
Aún hoy, más de un año después, el motor de ese barco se puede ver en el fondo marino, como un vestigio (contaminante) del naufragio. En los últimos años, Calvià atesora una larga lista de episodios parecidos, para desesperación de vecinos y bañistas que claman contra una estampa que afea las playas, las ensucia y sirve de reclamo para okupas y saqueadores varios.
Son Maties
Uno de los casos más paradigmáticos se dio en la playa de Son Maties, en Palmanova. En el mes de abril de 2019, un temporal hizo que un yate acabase varado a pie de orilla. Y allí estuvo durante meses. En ese tiempo, como denunciaron en su día vecinos de la zona, fue refugio de okupas, objeto de saqueos varios e, incluso, soporte para grafiteros.
Finalmente, en febrero de 2020, el ayuntamiento de Calvià se vio obligado a dedicar 80.000 euros de su presupuesto a retirar la embarcación (de 22 metros de eslora), tras constatar la «pasividad» de la propiedad. El Consistorio anunció en aquel entonces que, posteriormente, reclamaría a los dueños del barco los costes de esta operación.
Son Maties tiene también un precedente reciente de velero embarrancado. Ocurrió este mes de septiembre. El propietario quiso reflotarlo con la ayuda de voluntarios convocados a través de redes sociales, pero la Policía abortó la operación por su peligrosidad. Finalmente, el velero fue retirado con la ayuda de una empresa especializada.
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