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El conseller de Agricultura, Joan Simonet: «El objetivo es quitar el sector agrario de los números rojos»

El consellera deja claro que «la agricultura no es poesía ni folklore, es una actividad económica», por lo tanto, «la palabra clave es la rentabilidad».

El conseller, en un momento de la entrevista.

El conseller, en un momento de la entrevista. / Manu Mielniezuk

Rosa Ferriol

Rosa Ferriol

De Asaja a conseller. Joan Simonet ha pasado a sentarse al otro lado de la mesa. El responsable de Agricultura resume que el sector en Balears es muy diverso pero que tiene un problema común que es una falta de rentabilidad. «Los motivos de esta falta de rentabilidad son muchos y variados, la insularidad es uno de ellos pero también nos falta competencia en tema de la tierra, el agua y de otros sectores que están compitiendo para los mismos espacios pero esencialmente es la falta de rentabilidad». Deja claro que el objetivo de la conselleria es uno y es que «las políticas agrarias que desarrollemos durante esta legislatura aumenten la rentabilidad de cada una de las explotaciones». «Se requiere mucho trabajo para mejorar el régimen de subvenciones, la digitalización, mejorar la comercialización del producto o fomentar nuevas actividades relacionadas con la actividad complementaria. Cada una de las explotaciones podrá coger lo que le interese pero el objetivo es quitar el sector agrario de los números rojos».

Joan Simonet posa junto a la plantación de algarrobos que hay en la conselleria. | MANU MIELNIEZUK

Joan Simonet posa junto a la plantación de algarrobos que hay en la conselleria. | MANU MIELNIEZUK

De presidente de Asaja a conseller. ¿Cómo lleva sentarse al otro lado de la mesa?

Es mucha responsabilidad porque he cambiado de lado de la mesa. Todas aquellas cosas que se pedían, pues ahora tengo la obligación de ejecutar. Es una responsabilidad extra. De todas maneras debo remarcar que en la pasada legislatura se había trabajado conjuntamente con la conselleria, muchos de los proyectos que se habían consensuado entre la administración y el sector continúan.Fue un nombramiento aplaudido por el sector, ¿es un peso extra de responsabilidad?Vaya si lo es, además con el añadido de que muchos payeses tienen mi móvil, así que recibo llamadas de payeses pero por lo bueno y por lo malo tener un contacto directo con el sector en una conselleria como la de Agricultura es esencial.

«Pagar unos céntimos más por un litro de leche de aquí tiene el mismo efecto ambiental que reciclar»

¿Le costó poder mantener director general de Agricultura, Fernando Fernández, vinculado al anterior gabinete de Podemos?

Fernando Fernández es una persona que con el sector en general y Asaja en particular habíamos trabajado durante cuatro años llegando a muchos consensos. En ningún momento hizo sectarismo. Había claridad y una manera de trabajar. Una vez que llegas a un puesto de responsabilidad, tienes a todo el sector que te lo está diciendo y tal vez yo el primero. Se lo preguntamos primero a él porque quieras o no tenía unas vinculaciones políticas pero una vez que tomó la decisión, no hubo un exceso de problemas para mantenerlo dentro del organigrama. De hecho, en La Rioja ha habido un cambio de gobierno y el director general también continúa. En el Ministerio es relativamente habitual mantener una estructura técnica dentro de cargos políticos que continúan independientemente del ministro.

«La agricultura no es poesía ni folklore, es una actividad económica», afirma. ¿Cómo hacerla rentable y atraer a jóvenes?

La respuesta a la segunda parte es que la agricultura sea rentable. Para la rentabilidad no hay una fórmula mágica, ojalá existiera. En Balears, al tener una agricultura tan variada, más herramientas debes tener. La rentabilidad pasa por políticas de reducción de costes que no solo las debe aplicar la administración. El payés también debe entender cómo reducir costes. Con la insularidad, este esfuerzo de reducción de costes es más difícil de alcanzar. Pasa por la tecnología aplicada a la agricultura, por nuevos cultivos que se adapten a las necesidades de mercado o por mejorar los canales de comercialización, desde fomentar la venta directa en aquellas explotaciones que lo puedan hacer como hacer agrupaciones de productores para comercializar en conjunto para tener mejores precios, por ejemplo, Som Pagesos. Son medidas que después la administración vía ayudas debe poder dar. Las ayudas deben ser rápidas y ágiles. No descartamos fórmulas complementarias. Se deben poder hacer actividades complementarias. No me refiero solo a las vinculadas al turismo, hablo de degustaciones, excursionismo… Cuando sumas todas estas cosas, son herramientas que cada explotación podrá elegir. Si las explotaciones son rentables, es tal vez la fórmula esencial para que jóvenes se incorporen al sector. La palabra clave es la rentabilidad.

Con la crisis de Agama le salió su vena sindicalista. Parece que finalmente no reducirá las compras de leche. De todas maneras, ¿hay nervios entre los ganadores que viven «una situación límite»?

Soy el conseller de Agricultura [sonríe]. Los clientes de la conselleria son los productores. Está claro que si no hay una industria, no puede haber un productor. Lo tenemos claro pero debemos trabajar en este sentido. Ahora se vive cierto impasse, se ha enfriado el plan. Los 15 ganaderos que quedan están reflexionando pero les hemos trasladado una pregunta clave: ¿Qué quieren hacer? No pueden esperar que la solución la aporte la conselleria, ellos deben tener claro qué quieren hacer dentro de un año, tres o seis. Cada uno debe responder. La conselleria está para darles oportunidades y en este sentido actuaremos. Entiendo la política de otra manera. No es el político el que debe decir qué debe hacer la gente, es el sector que debe decir qué quiere hacer y se lo debe creer. Luego ya se buscarán las herramientas para darles el apoyo. Es la manera que tengo de ver las cosas.

Una de sus peticiones es que sus productos puedan salir de Mallorca y cueste igual tanto si salen de Palma como de Barcelona….

No me preocupa tanto que cueste lo mismo como que se venda con el margen adecuado. Debemos trabajar en reducción de costes. Lo ideal es que el payés de aquí pueda competir con los costes con las mismas cuestiones que la península. No solo afecta el transporte, nos afecta la falta de agua. Por ejemplo, en Murcia pueden hacer un trasvase. Nosotros, no. Eso perjudica la producción en regadío. Aquí dos cuarteradas de tierra cuestan entre 200 mil o 300 mil euros, en Ciudad Real cuestan 15.000 euros. Es un problema que se suma a los costes. Hay puntos donde podemos intervenir y mirar si con el Régimen Especial Balear podemos diseñar líneas de ayuda de transporte autorizadas por Europa para compensar estos temas pero también debemos tener cuidado porque una línea de ayudas de transporte que no esté bien diseñada puede generar el efecto contrario. Por ejemplo, si subvencionamos los forrajes para llevar forrajes de la península, si no lo diseñamos bien, mataremos al productor de forrajes local. Son líneas que en principio parecen muy fáciles pero tienen sus efectos y se debe estudiar cómo diseñarlas. Por otra parte, debemos ser capaces de fomentar el producto local. Todos hacemos un esfuerzo para reciclar. Ya lo tenemos integrado, pero tiene su coste, pues pagar unos céntimos de más por una sandía de aquí o por un litro de leche local tiene el mismo efecto ambiental que reciclar.

Los parques solares en fora vila crecen como setas, ¿cómo evitar que los campos de almendros se conviertan en campos de placas?

Vuelvo a la primera palabra. Si los almendros dieran 1.500 euros por cuarterada y año de beneficio, no pondrían placas solares. Si el sector agrario tuviera una rentabilidad elevada, no alquilarían las fincas para hacer parques solares. Ahora tenemos un boom en estos momentos. Es complicado porque existen los planes de eficiencia energética y de sostenibilidad que dan lugar a necesitar infraestructuras muy grandes de campos solares. La solución es buscar la compatibilidad. Buscar estas fórmulas que presentamos con las instrucciones que permiten la actividad agraria dentro de los campos de placas solares. No se podrá hacer según qué actividad pero alguna sí. Eso debe ser una obligación. Y luego están las compensaciones. Si ocupas una extensión de parque solar, se debe compensar. Es un agrocompromiso. Ahora lo tenemos en forma de instrucción, la voluntad es transformarlo en una norma de más peso legal y tal vez pongamos más condiciones agrarias para poder ejecutar estos campos de placas solares y en determinadas zonificaciones directamente estará vetado por parte de Agricultura. Por ejemplo una zona de regadío con alto valor agrario en esta zona se vetará montar un campo solar. El payés que se queja es aquel que el propietario ha decidido rescindirle el contrato de alquiler para poder hacer esta inversión. Y el payés que está contento es aquel que recibe beneficios o que es propietario y una parte de la finca le da una renta complementaria que le permite mantener su actividad. Es encontrar la fórmula de equilibrio. En este tema habrá alguien que continuará estando molesto porque les han sacado de una tierra que cultivaban.

El sector reclama un proceso de transformación para la almendra…

Hay que apostar por plantaciones nuevas de almendros y algarrobos. Los almendros deberían estar vinculados a regadío y aquí se podría enganchar con toda la dinámica de aguas depuradas que se debe desarrollar. Otro punto es aumentar las producciones, eso pasa por tener plantaciones más profesionalizadas, superficies más grandes, de regadío, técnicos que controlen o apostar por aquellas variedades que puedan desarrollarse en ecológico. La almendra ecológica tiene mucho recorrido porque se paga más alta que la normal. Además que las estructuras comercializadoras de almendra que tenemos tengan capacidad no solo de comprar almendra, abrirla y venderla si no de dar un paso más con el envasado, laminado... Como más escalones de la cadena alimentaria vayas controlando, más valor añadido le das al payés. La IGP Almendra de Mallorca es un método de dar valor añadido.

Del batacazo de la algarroba, al boom del aceite para autoconsumo…

Como el aceite de consumo normal se ha disparado de precio, ahora todo el mundo coge las aceitunas. En cuanto a la algarroba, se fue disparando y este año ha rondado entre 45 y 50 céntimos en función de la zona y de los kilos. Es un precio que el payés más o menos la ha podido recolectar. Quiero pensar que el año que viene experimentará una ligera subida y se estabilizará entre los 60 y 70 céntimos, que es un precio aceptable porque si un año sube a un euro y el otro baja, te da este margen de juego para tener un cultivo más o menos rentable porque el algarrobo es un árbol que se adapta muy bien al cambio climático, a la sequía y de momento no tiene enfermedades graves. De todas formas cabe decir que los mercados agrarios genéricos tienen componentes internacionales. Está claro que al Oli de Mallorca apenas le han influido las variaciones del mercado del aceite general, que ha experimentado una subida de precio, pero el Oli de Mallorca Denominació d’Origen es un producto diferenciado, juega en otra división a los mercados internacionales. El precio del cereal lo marca Chicago y el de la almendra, California. Pero si se pudiera apostar por tener una comercialización de almendra con una marca Mallorca, a unos precios determinados con unos consumidores fieles te sería igual lo que sucediera en California. Apostar por estas líneas en determinados productos es el camino, pero el sector se lo debe creer.

 ¿Qué papel juega la agricultura ecológica en Balears?

La agricultura ecológica tiene una superficie muy importante en estos momentos. Hay pequeños productores que apuestan por ella y les funciona bien. Está mínimamente organizada asociativamente y con ganas de hacer cosas, también son puntos positivos. El reto que les falta es crecer en volumen de comercialización y sobre todo en ganadería en todos los subsectores baleares. Les falta encontrar canales de comercialización de ganadería ecológica. Es una oportunidad. Igual que tenemos las denominaciones de origen o las marcas de calidad, la agricultura ecológica vuelve a ser un valor añadido que das al producto. Hay un segmento de mercado que lo busca. Pero un payés que quiere hacer agricultura ecológica lo tiene que hacer porque está convencido que con la comercialización ecológica de sus productos tendrá mayor rentabilidad que con la convencional. Luego puede tener otros motivos pero no se hará agricultura verde con números rojos.

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