Entrevista

El director argentino Juan Pablo Félix, en Manacor: "Mi cine es de personajes, de vínculos humanos y de fusión de géneros"

Juan Pablo Félix llega hoy a Manacor de la mano del Cinemaclub 39 Escalons para la estrena de 'Karnawal'

El director argentino Juan Pablo Félix, en Manacor: "Mi cine es de personajes, de vínculos humanos y de fusión de géneros"

El director argentino Juan Pablo Félix, en Manacor: "Mi cine es de personajes, de vínculos humanos y de fusión de géneros" / Sebastià Sansó

Sebastià Sansó

El director de cine argentino Juan Pablo Félix (Arrecifes, 1983) llega hoy a Manacor de la mano del Cinemaclub 39 Escalons para la estrena de 'Karnawal', una potente historia de personajes en el norte del país, en que el baile y la redención se entremezclan en una combinación que le valió hasta ocho premios Sur (el equivalente a los Goya en Argentina). Será a las 19 horas en el Teatre de Manacor con un coloquio posterior conducido por la poeta Emmi Finozzi.

¿Qué significa Karnawal y porque ese nombre?

Es una palabra que proviene del quechua y que significa Carnaval, pero en este caso estaría también mezclada con la palabra española, es como quechuañol. El nombre los elegimos porque la historia pasa en fechas de carnaval y porque vi la palabra escrita en un grafiti y pensé que podía representar el choque de culturas. Como occidente, que en este caso sería el padre que sale de prisión, llega a una tierra que no le pertenece y todo lo que sucede después.

¿Qué nos puede contar a grandes rasgos de la película?

Es la historia de Cabra, un adolescente que se enfrenta a una competencia de Malambo (el baile tradicional de los Gauchos y de la zona de Jujuy donde transcurre el relato) y el conflicto entre su madre, su pareja y el padre que acaba de salir de prisión. Aunque prefiero que la gente primero la disfrute, y después ya resolver curiosidades y dudas en el coloquio final.

¿Cómo ha ido desde que se estrenó?

Hemos recorrido muchos festivales internacionales y el recibimiento por parte del público siempre ha sido estupendo. Hemos estado en hasta 50 ciudades en Francia, por ejemplo, siempre con buenas críticas.

¿Tan importante es el malambo?

Es un baile muy popular que en realidad se danza en todo el país, diría que incluso más que el tango. Hay campeonatos y miles de personas que viven profesionalmente de ello. A mi me encanta por la fuerza que tiene sobre el escenario y porque requiere de una preparación física casi de alto rendimiento.

¿Hay conexiones vitales?

Sí porque a mi de chico también me apasionaba bailar como al personaje, y me lo tomaba muy en serio.

¿De dónde proviene el germen de la historia?

La idea vino después de que el canal de cultura de la televisión pública argentina, llamado Encuentro, me contratara para una serie sobre enseñar a bailar folklore argentino. Fue durante un casting de malambo en el norte del país cuando una semilla se me quedó en la cabeza como una obsesión.

Casi una forma de vida...

La película está relacionada con el escape, el baile como algo que te ordena y te salva.

¿Es también una forma de escapar de la pobreza?

No. La zona es pobre sólo desde una mirada occidental. En realidad si visitas los pueblos de montaña de la zona te das cuenta de que lo raro sería que las calles estuvieran pavimentadas, por ejemplo. Las casas no son favelas, son humildes pero de acuerdo a lo que hay allí. Son simplemente diferencias culturales y de respeto a la pachamama.

El protagonista quiere seguir un camino independiente en todo momento

Cabra, el protagonista, no busca una masculinidad por repetición, ni del sinvergüenza que es su padre ni del orden que representa la nueva pareja de su madre, que serían dos de los estereotipos de masculinidad.

¿Hasta qué punto es importante el paisaje en la representación como personaje?

Mucho. Los lugares actúan como una caja de resonancia. Porque la gente del lugar en realidad habla muy poco, lo justo. Por eso el hecho de cómo contemplan el mundo y los espacios es tan importante.

¿Cómo hicieron para que Cabra (Martín López Lacci) que no es actor, quedara tan creíble en escena?

En realidad actúa mucho. El hecho de que esté serio no pegaba en nada con su carácter. Tuvimos que equilibrar a un chico que es profesional del baile pero no actor, con otros maestros consagrados de la interpretación argentina y chilena. Intentamos que quedara lo más natural posible... y creo que lo conseguimos. Llegamos a formar una especie de familia porque nos pasamos tres meses juntos en el desierto. Eso ayudó mucho.

¿Sorprendido por tantos premios?

Sí porque se trata de una ópera prima muy particular y que se aleja de los cánones comerciales. Y más teniendo en cuenta que es un proyecto que nos llevó cuatro años levantarlo en coproducción con siete países distintos.

¿Por cierto, cómo definiría su cine?

Mi cine es de personajes, de vínculos humanos y de fusión de géneros. Me gusta que mis historias vayan mutando, en este caso del baile al policiaco de carretera. Es un experimento que me gusta.

Hay una escena al principio de la película espectacularmente onírica...

La escena está filmada de manera real y representa el momento durante el carnaval en que el diablo sale de debajo de la tierra. Es una ceremonia tan sagrada que nadie se puede poner esos vestidos fuera de la fecha, a riesgo de una maldición.

¿Ya tiene trama para su siguiente film?

Va a contar la historia de una señora mayor que vive en Buenos Aires, muy conservadora y reprimida. Una mujer lesbiana de 65 años que tiene una historia de amor con una exalumna. Se llamará Ofelia y es una crítica a la burguesía argentina. Después tengo otra historia que pasa en España, pero ya para más adelante.

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