Porto Cristo contará con un museo submarino de barcos en julio de 2026

El proyecto, con un presupuesto de unos dos millones de euros subvencionados por fondos europeos, reproducirá hasta cuatro embarcaciones históricas y servirá de arricife para regenerar la biodiversidad de la zona

Pecio de Ses Llumetes

Pecio de Ses Llumetes / IBEAM

Sebastià Sansó

Sebastià Sansó

Un museo de arqueología submarina único en España. Ese es el ambicioso proyecto que tiene el ayuntamiento de Manacor entre manos y que tendrá una triple finalidad: potenciar un nuevo turismo deportivo y cultural, el estudio histórico de barcos hundidos y la regeneración de la flora y la fauna marina en la bocana del puerto de Porto Cristo, donde el parque deberá estar acabado el 30 de junio de 2026.

Y es que el Consistorio manacorí ha recibido ya la subvención europea para empezar a desplegarlo; un poco más de dos millones de euros que servirán para recrear hasta cuatro navíos, hundidos en las proximidades del pueblo costero a lo largo de su historia.

Una iniciativa promovida en la anterior legislatura por la concejala socialista Maria Antònia Truyols, y que ahora gestiona la nueva responsable de Turismo, Júlia Acosta (AIPC).

«Ha sido un proceso largo hasta llegar hasta aquí, más de cuatro años para conseguir una subvención que debe estar implementada al 50% este próximo verano y de forma definitiva el 30 de junio de 2026», explica Acosta, que recuerda que «no hay referentes cercanos parecidos a un parque de ocio submarino así; en Lanzarote hay uno de esculturas y en Asia algún otro ejemplo, pero seremos pioneros aquí, lo cual nos hace ilusión pero es una responsabilidad».

Unión Europea

Si hablamos de manera precisa, se trata de una subvención de los Fondos Next Generation por valor de 2.001.027,81 euros que la Unión Europea otorga para crear y gestionar un parque de arqueología submarina que al mismo tiempo servirá como arrecife de regeneración de la biodiversidad de la bocana del puerto, en estos momentos prácticamente inexistente por la afectación durante décadas de las redes de la pesca de arrastre y como consecuencia del exceso de extracciones de recursos marinos.

El proyecto reproducirá a escala real cuatro barcos históricos a partir de los restos estudiados por el Instituto Balear de Estudios de Arqueología Submarina (IBEAM). Se empezará fabricando una reproducción a escala del pecio romano de Ses Llumetes, de unos 20 metros de eslora y que se dedicaba a transportar garum (salsa de pescado) entre la Bética y Roma en el siglo I d.C., y del que se ha llevado a cabo la sexta campaña de estudio.

Las otras reproducciones a escala de los barcos hundidos en Porto Cristo entre el siglo I y el siglo XX, se basarán en otro barco romano, uno bizantino, o un vapor del siglo XX. «Lo primero que vamos a hacer es un estudio de mercado para conocer qué empresas pueden desarrollar un proyecto así y decidir si lo sacamos a oferta por lotes o en conjunto. Para que acto seguido salga a licitación lo antes posible y cumplir con los plazos», concluye Acosta.

Por otro lado, el arrecife constará de una amplia área destinada a la restauración ecológica, un nuevo espacio que contará con la supervisión del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA-CSIC) y que pretende ser un reclamo para el buceo recreativo, actividades científicas, formación en arqueología submarina, monitorización ambiental y fomento de la I+D en la denominada economía azul.

El nuevo museo-parque contará también con un centro de interpretación con museografía interactiva y tecnológica con módulos de realidad aumentada que permitan explorar los pecios sin necesidad de inmersión.

Ahora falta por ver dónde se situará, ya que si bien hace unos meses el anterior gobierno municipal estuvo en contacto con los responsables del Club Náutico para utilizar sus instalaciones, la opción está ahora en punto muerto. Por lo que respecta al transporte, se deberá incluir una furgoneta lanzadera eléctrica para el transporte de clientes de los puntos de origen (hoteles, parking periférico, otros puntos de recogida) hasta la costa y dos embarcaciones eléctricas para que los buceadores puedan llegar hasta los puntos de inmersión.

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