Santa Margalida ya tiene a su Beata

Santa Margalida celebró el domingo uno de los concursos más esperados del año. Al menos para las decenas de jóvenes de entre 18 y 30 años que aspiran a representar, una única ocasión en su vida y solamente por un día, a la Beata que protagoniza la famosa procesión del primer domingo de septiembre, anunciada desde tiempos inmemoriales como la más tradicional de Mallorca. 

Bàrbara Quetglas Florit, de 25 años, será la joven ‘vilera’ que ejercerá este honorable papel en la procesión de la Beata. Una de las papeletas con su nombre fue extraída de la urna en la que se depositaron las esperanzas de las numerosas chicas que aspiraban a ser elegidas y que tendrán que esperar un año más. Por primera vez, el sorteo se celebró en el Auditori y no en el convento de monjas donde se ha celebrado tradicionalmente. 

La elección es una combinación entre la suerte y la experiencia, ya que a medida que las jóvenes van participando en la procesión con diversos papeles del escalafón adquieren puntos que les dan más posibilidades en el sorteo de la Beata. Cada punto es un papel más con su nombre. En el caso de Bàrbara Quetglas, había acumulado diez puntos porque, según explica, desde que tenía cinco años participa en la procesión de la Beata y ya ha pasado por todos los niveles. Faltaba el premio gordo, que finalmente ha tocado este año.

Psicóloga infantil de profesión, Bàrbara explica que al escuchar su nombre sintió «una gran alegría y mucha emoción» porque lo intentaba desde hacía «muchos años» y apenas le quedaban cinco más para seguir participando, ya que pasados los 30 ya no es posible representar a la Beata.

A lo largo de este lunes no ha parado de recibir felicitaciones, ya que el de la Beata «es un papel que causa mucha admiración» y al que aspiran «todas las niñas de la Vila». No todas tendrán suerte. Hasta el día de la procesión, Bàrbara tendrá que prepararse para representar el papel. «Es mucha responsabilidad, porque sólo pasa una vez en la vida y es un único día», apunta. 

Por su parte, Joana Capó Capó y Laura Bonnín Gayà fueron elegidas como santas.