Lletra menuda
El riesgo de rebajar la alcaldía a algo exótico
A Richard Thompson hay que reconocerle el coraje y la generosidad de afrontar la alcaldía en un país extranjero y hacerlo, además, desde postulados nacionalistas. Las propias condiciones del cargo y la personalidad de quien lo ocupa pueden convertirse, sin embargo, en un handicap añadido porque se corre el riesgo de que biografía y nacionalidad desplacen la urgencia imperiosa de gestión. Ahora mismo, la atención sigue fijada en la persona y no tanto sobre una agenda de gobierno que debe ir mucho más allá de impedir que los coches aparquen delante de los bares.
Thompson ha recorrido y visto mundo, entronca amistades familiares con Margaret Thacher y ha bebido de la doctrina académica que hoy forma a Leonor de Borbón. Se asienta sobre una visión internacional que le lleva a situarse un peldaño por encima de sus administrados, pero no puede olvidar que su trabajo real está a pie de calle, ante el bache impertinente, la definición urbanística, la infraestructura pública y la cohesión social.
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