Sóller se harta de las cabras salvajes y pide ayuda al Govern

El ayuntamiento de Sóller ha solicitado la colaboración de la conselleria de Medio Ambiente para atajar el problema de la proliferación de manadas de cabras en zonas urbanas del Port de Sóller. El municipio ha pedido autorización para que una empresa especializada capture ejemplares.

El concejal de Gobernación, Carlos Darder, explicó que vecinos de distintos núcleos del Port de Sóller vienen denunciando los problemas que generan las cabras. Además de acceder a patios y jardines donde arrasan con toda la vegetación, en algunos puntos estos animales llegan a subirse sobre los tejados de las casas aprovechando los desniveles del terreno, algo que genera destrozos de tejas y daños en los edificios.

En las épocas veraniegas, las cabras dejan el bosque y se adentran en zonas urbanas en busca de alimento y agua. Eso hace que accedan con facilidad a los jardines de las viviendas. Además, también se ven ejemplares que transitan por las carreteras e, incluso, por encima de las bocas del túnel de Sa Mola con el consiguiente peligro para los usuarios.

El edil explicó que se contratará a una empresa especializada que llevará a cabo labores de captura de estos animales. Para ello utilizarán, detalló, la técnica del lazo con perro. Darder señaló que «la intención no es sacrificar estos animales, sino que se los lleven a otro sitio». En opinión del concejal, esta medida se adopta «con el fin de atajar las quejas de los vecinos y poner fin a los problemas que generan en jardines particulares, en los propios edificios donde se encaraman y para garantizar la seguridad vial».

Semanas atrás un vecino del Port filmó con su teléfono móvil cómo una cabra se subió a lo alto de un edificio situado en la zona de Santa Catalina. El animal aprovecho los desniveles del terreno para saltar sobre el tejado donde rompió numerosas tejas.

Otro problema añadido a la excesiva proliferación de cabras en los bosques del valle de Sóller es que han arrasado con numerosa vegetación. Así, por ejemplo, en los bosques de encinas ya no quedan ejemplares jóvenes de estos árboles, en tanto que estos animales han acabado con todas ellas. Los propietarios de fincas denuncian que cuando una encina muere no hay otra que la sustituya en el bosque.

Suscríbete para seguir leyendo