La ‘ruta de la masificación’ en tiempos de la covid ha incorporado en las últimas semanas en la part forana un nuevo punto donde se concentran centenares de personas, sobre todo el fin el entorno costero de Portals Vells y de la torre de Cala Figuera -en el municipio de Calvià-, lugares desde los que se pueden hacer excursiones. 

El cierre de bares y restaurantes, así como el de grandes superficies comerciales por las restricciones sanitarias ha provocado un éxodo de mallorquines hacia la oferta de ocio al aire libre que proporcionan lugares de gran belleza natural de la isla, como puedan ser el Salt des Freu, en Orient, y Ses Fonts Ufanes, en Campanet, donde ha llegado a haber tales aglomeraciones que se ha tenido que restringir el tráfico.

En el caso del enclave calvianer, el pasado domingo, se acumularon coches por doquier en la carretera que baja a la playa de Portals Vells junto a la barrera donde se corta la carretera que accede a la torre de Cala Figuera.

Los numerosos excursionistas aprovecharon una jornada casi primaveral para hacer senderismo por una zona privilegiada de Calvià, donde pudieron recorrer los senderos que hay junto a los acantilados, en dirección hacia las Islas de El Toro.  

«¡Esto parece Jaime III!», se sorprendió una de las personas presentes aquel día, comparando el nivel de gente que veía con el de la céntrica avenida palmesana. También expresaba su sorpresa por el hecho de que no hubiera Policía regulando mínimamente los accesos. Eso sí, la mayoría de excursionistas respetaba la obligatoriedad de llevar puesta la mascarilla. 

En todo caso, se registraron escenas chocantes en estos tiempos de distanciamiento obligado. Precisamente, en una antigua caseta que albergaba un radar se podía ver el domingo hasta una quincena de personas apiñadas. 

Cabe recordar que, desde este tramo litoral calvianer, se llega a una zona militar, que, pese a tener restringido el paso, suele ser un lugar frecuentado por vecinos y visitantes.