Cursach derriba una obra ilegal en Pachá y la Fundació Natzaret pedirá abrir un restaurante

La entidad solicitará una reunión con el Ayuntamiento para tramitar una licencia de restauración en la antigua discoteca para alquilarlo y disponer de «recursos extras»

Las obras del Paseo Marítimo impiden retirar los escombros y recuperar su uso

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

El expediente municipal abierto hace más de cinco años por unas obras ilegales en Pachá está cerca de cerrarse. Bartolomé Cursach, propietario de la antigua discoteca, ha demolido una serie de construcciones y ampliaciones que ejecutó ilegalmente, lo que allana el camino a la Fundació Natzaret para recuperar el inmueble y el solar después de nueve años de parálisis.

«El inquilino [Cursach] debía devolver la propiedad tal como estaba cuando la alquiló por primera vez. Había un metraje construido en exceso, y ha cumplido derruyendo la parte sobrante», explicó ayer Guillem Cladera, gerente de la Fundació Natzaret.

Esta entidad que acoge a menores tutelados y les ayuda a emanciparse cuando cumplen la edad adulta ingresó durante años una renta cercana a los diez mil euros mensuales por el alquiler de la discoteca Pachá, ubicada en terrenos de su propiedad. El grifo se cerró hace mucho, pero ahora ve más cercana la posibilidad de recuperar el inmueble, reconvertirlo en un restaurante y ponerlo en alquiler. Sin embargo, hay otro obstáculo.

«Llevamos mucho tiempo sin poder retirar los escombros generados durante la demolición porque las obras del Paseo Marítimo no dejan pasar maquinaria pesada. Estamos pendientes de que Cursach pueda retirarlos para cerrar el expediente y recuperar el uso de esta parte de jardín», subraya Cladera.

La Fundació Natzaret quiere convertir Pachá en un restaurante

La Fundació Natzaret quiere convertir Pachá en un restaurante / B. Ramon

A la Fundació Natzaret le urgen «recursos extras» en forma de un nuevo alquiler para afrontar el costoso mantenimiento de «3.500 metros cuadrados construidos y otros veinte mil de solar», indica Cladera sobre la gran vivienda en la que residen más de 40 jóvenes y una veintena de adultos, además del terreno que la rodea y en el que se levantaba Pachá.

«Queremos negociar con el Ayuntamiento para sacarle un rendimiento. Estamos pendientes de que todo esto quede limpio de escombros para sentarnos y hablar. El solar tiene una excepcionalidad desde hace años que nos permitiría abrir un negocio de restauración. No lo explotaríamos nosotros, pero sí nos gustaría que en él se pudieran ocupar nuestros jóvenes. Tenemos claro es que no volverá a ser una discoteca, pero necesitamos un aporte económico para mantener tantos metros de vivienda y terreno, que no es fácil», destaca el gerente de la Fundació.

Cladera subrayó que la acogida y manutención de los jóvenes, y los programas de emancipación de los que se benefician están garantizados porque se financian a través de contratos que se firman con el Ayuntamiento de Palma, el Consell y el Govern.

Sin embargo, esas ayudas no cubren los gastos de una casa en la que «hay un mobiliario que se gasta, tiene un sistema de calefacción complejo y una serie de infraestructuras muy caras que hay que mantener».

La entidad vende a Cort dos locales de las galerías que estaban ocupados por el Eroski

La Fundació Natzaret ha tomado la decisión de vender los dos locales comerciales que tiene en las galerías de la plaza Major, un espacio que se renovará integralmente en el marco de una ambiciosa reforma para acoger un centro de interpretación de la ciudad. Las dos parcelas estaban alquiladas al Eroski, que cerró en 2019 junto con la gran mayoría de negocios de este enclave.                                

«El Eroski ocupaba nuestros dos locales y algunos más. No hay unas paredes físicas. No nos planteamos recuperarlos porque no estamos en condiciones de asumir el gasto que acarrearía. La idea es que no pierdan todavía más valor después de años sin poder rentabilizarlos. Necesitamos salir rápido de esta situación y tener estos ingresos», destacó el gerente de la Fundació Natzaret, Guillem Cladera. 

Cort adquirirá los dos locales a cambio de cerca de dos mil euros el metro cuadrado. 

El regidor de Urbanismo del Ayuntamiento, Óscar Fidalgo, expresó ayer su optimismo con respecto a la posibilidad de que la mayoría de propietarios vendan a Cort en lugar de acogerse a un proceso de expropiación.

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