El Ayuntamiento de Palma captura a diecisiete de las veinte gallinas que vivían en estado salvaje en sa Riera

Los ejemplares, que han sido trasladados a Son Reus, «no serán sacrificados», subraya el regidor Llorenç Bauzá

Quedan tres aves que el área de Medio Ambiente espera capturar en breve

Algunas de las gallinas que habitaban en el torrente de sa Riera.

Algunas de las gallinas que habitaban en el torrente de sa Riera. / Guillem Bosch

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

El Ayuntamiento de Palma ha capturado a diecisiete de las veinte gallinas que vivían en estado salvaje en un tramo del torrente de sa Riera, entre la calle Jesús y el club militar Es Fortí. «Quedan un gallo y dos gallinas, que esperamos capturar a finales de este mes», indicó ayer el regidor de Medio Ambiente, Sostenibilidad, Espacios Naturales y Bienestar Animal del Consistorio, Llorenç Bauzá.

Los ejemplares capturados han sido trasladados a Son Reus, donde permanecerán cuidados por el personal y voluntarios del centro. «No se sacrificarán. Llevaremos a cabo una política de sacrificio cero que incluye a todos los animales que custodiamos en Son Reus», subrayó Bauzá.

La colonia había puesto en alerta a los vecinos de la zona porque los cacareos de los gallos de madrugada les impedían descansar. Asimismo, expresaban su temor a que los animales provocaran un brote de gripe aviar al no estar sometidos a ningún control sanitario.

Se desconoce cómo los animales llegaron al torrente de sa Riera, aunque los vecinos atestiguan que llevan establecidos allí desde 2021. A lo largo de este tiempo las gallinas habían criado y el grupo había crecido considerablemente. Ahora los residentes esperan que el Ayuntamiento termine de capturar los últimos ejemplares que quedan.

Suceso en Son Rapinya

Por otro lado, Bauzá indicó que todavía no se ha podido determinar la causa de la muerte de una docena de gallinas halladas la pasada semana en un descampado de Son Rapinya, detrás del McDonalds. El regidor rechazó especular sobre las causas de este suceso y señaló que los hechos se siguen investigando.

Un operario de Emaya localizó los cuerpos y dio aviso a la empresa municipal. Algunas de ellas estaban heridas o en muy mal estado, por lo que tuvieron que ser sacrificadas e incineradas.

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