Matar a un niño

María Dolores Bellido Aguiló.

A tu propio hijo, porque tu ego no te deja vivir, tienes que responder a la afrenta, ella o él te ha engañado y tú y tu ego no podéis soportarlo, alguien tiene que pagar, qué buena idea tuvo ese que fue el primero, el sufrimiento que infligirás es muy superior a quitarle la vida a su hijo, que también es tuyo, pero da igual, el odio es aún mayor que el amor que parecías tener por esa criatura, que ahora yace inerte a tu lado.

Está sociedad que ya no se conmueve ante esto, que lo ha asimilado y le ha puesto ya una etiqueta, «violencia vicaria», está enferma y podrida, da igual que sea un bebé en la basura o arrojado a un río, es una criatura inerme, frágil, la más frágil de todas y que ya no está segura ni con sus padres, al revés, estos pueden acabar siendo sus verdugos.

Qué hemos hecho, en que hemos convertido esta sociedad, ridícula, absurda y egocéntrica hasta el asesinato, porque el fracaso no está nunca en nuestros planes y si lo está alguien lo tendrá que pagar y matar a un niño, es muy fácil, que más da.