El Ayuntamiento gobierna Palma al ralentí

Miguel Vicens

Miguel Vicens

Haría bien el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Palma en convencerse de que insultar a una de las portavoces de la oposición, además de ser un motivo de bochorno para la ciudadanía y una falta de respeto a la persona agredida verbalmente, supone un retrato exacto de su incapacidad, de la debilidad de su acción de Gobierno, por ahora todavía más centrada en apuntalar el pacto con Vox que en los problemas reales de los ciudadanos. Todas esas carencias por las que la ciudadanía no renovó su confianza con el anterior Gobierno municipal del pacto de izquierdas siguen intactas: en materia de vivienda, de transporte público, de inversión en infraestructuras, de seguridad ciudadana y de convivencia en los barrios residenciales convertidos en zonas de ocio. Y sorprende que a estas alturas Cort no tenga todavía ni planes definidos ni líneas de actuación. Y que a lo único que haya dado continuidad con inusitada dedicación es a la política excéntrica de la descalificación personal, la herencia recibida y la pérdida de inversiones que se daban por seguras por la incapacidad de quienes las deberían gestionar.

Si algo merece la reprobación del pleno de Cort es la inacción del equipo de Gobierno, como si su difusa promesa de potenciar turismo, cultura y deportes, sus planes de limpieza por barrios con más cámaras de fotos que escobas y las obras heredadas en la plaza de España o Camí del Reis ya colmaran sus ambiciones transformadoras en Palma. No se sabe muy bien a qué espera Cort para ponerse manos a la obra. Pero hay algo seguro, su falta de iniciativa y su gestión al ralentí de los problemas ciudadanos dan nueva vida a una oposición que todavía debería de estar curándose las heridas abiertas en los últimos comicios y reconstruyéndose. 

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