En mis paseos por Palma para reencontrarme con las clases medias o incluso trabajadoras, miles de políticos me asaltan por la calle con una pregunta acuciante, "¿qué debo hacer para sobrevivir en mi puesto?" Les respondo sin vacilar: "En primer lugar, jamás aparezcas en la prensa por encima de la importancia de tu cargo. En segundo, jamás personalices un conflicto, ni para disimular que te atacan con toda justicia".

Juan José Bestard incumplió ambos axiomas. Se convirtió en la única celebridad que ha dirigido el Ib-Salut, con la posible excepción de Rodrigo de Santos, y desarrolló una gestión guerracivilista que le enfrentó con la clase médica. Esta faceta debió ganarle mi simpatía, pero una conversación el pasado septiembre tras su primera destitución me demostró que. encargarle la mayor empresa de Balears –por influjo de la misma Ana Pastor que también amadrinaba a Rodrigo de Santos–, equivalía a matricularse en un curso de seguridad naval impartido por el capitán del Costa Concordia. El Govern ha tardado medio año y un centenar de escándalos en alcanzar la misma conclusión.

Para imitar a Mourinho, has de ganar partidos. La decapitación semanal de un cargo del Ib-Salut a manos de Bestard no ha mejorado la Sanidad. Sus encomiendas despilfarradoras a Price Waterhouse recuerdan que no nos hallamos ante una víctima apisonada por el sistema, sino ante un Napoleón después de Waterloo. Perdía los estribos cuando anunciábamos hace tres semanas su sustitución por un gestor del perfil de Antoni Mesquida, maniobra vigente porque la actual troika es inviable.

Mio Cid Bauzá es incluso más vanidoso que ambicioso, y Bestard amenazaba simultáneamente su gestión y su monopolio de la imagen del Govern. Sin embargo, al recortar a Bestard transparenta el carácter sanguinario de los gobernantes de éxito. La soberbia de James Matas le impedía una destitución. Al perezoso Antich le costaba reemplazar a sus altos cargos detenidos por la fiscalía anticorrupción. Así les fue.

Bestard ha sido el pararrayos de Carles Delgado, Malcompany o Carmen Castro, que el viernes dejó la conselleria de Bienestar para empezar a ejercer la cartera de Salud. El castigo de Bestard no es la pérdida del cargo, sino de la importancia que se otorgaba. Sus enemigos del orbe sanitario no son mejores que él, según sucede en todas las guerras. (Perdone, señor enterrador, pero le pagamos para aportar novedades).

No todo son malas noticias, el Fomento del Turismo está al borde de la desaparición. Hablando de instituciones decrépitas, el Govern retiró las ayudas a los sindicatos en medio de una notable fanfarria. Ya tendrá tiempo de añorarlos. Entretanto, las patronales baleares engrasadas con generosos fondos públicos deberían explicar de dónde sale el sueldo superior a cien mil euros que percibe la persona mejor colocada en su estructura, mientras recortan o despiden a trabajadores.

Y por seguir con el tono sombrío, yerran quienes piensan que Sa Nostra ha tocado fondo. Se verá reabsorbida en nuevas fusiones, que la reducirán a la insignificancia. El declive de las empresas públicas de que venimos hablando en esta página nos devuelve a la nostalgia de gestores como Feliciano Fuster. Su testamento ológrafo, redactado poco antes de fallecer, reafirma su vocación de servicio al conjunto de sus contemporáneos. Otra cosa es que lo merezcan las instituciones beneficiadas, sobre lo cual albergaba dudas el propio testador.

Ningún representante del Govern se acercó a despedir a Fuster. Las declaraciones plastificadas de Bauzá confirman su ignorancia y desprecio por todo lo mallorquín. Sin embargo, Maria Salom citó al expresidente de Endesa en su despacho del Consell Inmobiliario de Mallorca, poco después de acceder al cargo. El empresario público estaba perplejo ante la convocatoria y sus motivaciones. Una vez reunidos, la presidenta le pidió consejo sobre la situación actual y las posibles soluciones, asunto que obsesionaba a su interlocutor. Fuster le dijo que no se podía ahorrar y despedir a mansalva, porque se castigaba a los más desfavorecidos. Rayas en el mar, la institución insular preferiría derribar Gesa para rematar la fachada marítima.

Ya es oficial, Bauzá se ha convertido en el político más endeudado de España, a juego con la comunidad que preside. El Congreso ha divulgado las hipotecas inmobiliarias que pesan sobre los diputados, y sólo Andrea Fabra –hija del legendario Fabra de Castellón– puede rivalizar con el president, desde sus 1.741.000 euros. El diputado número veinte asume una carga hipotecaria de 450.ooo euros. Con este dinero, el líder de Balears no tiene ni para un aparcamiento. Quienes lo propulsaron al cargo se preguntan por qué nunca les habló de su pisito millonario en la Calatrava, ilegalizado por el Supremo.

En una de las declaraciones sabatinas de imputados VIPS por la corrupción del Govern Matas, un policía intercepta a una vecina que se dirige a su domicilio. La señora, malhumorada:

–Tanta cosa per un lladre.

Y el policía le replica:

–Calle, señora, que si lo imputan y le ponen una fianza alta, nosotros podremos cobrar a fin de mes.

Madrid vibra con el musical Follies, en versión de Mario Gas sobre el aclamado libreto original de Stephen Sondheim. Como tantas obras maestras de la historia de la humanidad, también se gestó en Mallorca, en el chalet del productor Hal Prince en Pollença.

Reflexión dominical sabia: "Quien sabe menos de lo que cree, sabe menos de lo que necesita".