Baleares pierde casi seis mil millones de litros de agua de las piscinas solo por la evaporación, según expertos de la UIB

Según los investigadores, las cifras de agua perdida al año por evaporación de las piletas multiplican casi por seis las aportadas por el Clúster de Industrias Químicas de Balears

Imagen de la piscina de un bar ubicado junto al mar en Mallorca. | DM

Imagen de la piscina de un bar ubicado junto al mar en Mallorca. | DM / Mar Ferragut

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Investigadores de la Universitat calculan que las piscinas existentes en Balears a día de hoy pierden casi seis mil millones de litros de agua al año «solo por la evaporación, sin contar posibles fugas, rellenos de la piscina...».

Esa es la estimación que hace el geógrafo Enrique Morán de la UIB, partiendo de la investigación que hizo junto a otros autores sobre esta tema en 2015 y actualizando aquellos cálculos teniendo en cuenta el número de piscinas que se han creado desde entonces, a un ritmo de 1.600 piscinas más cada año. Si en 2015, según el catastro, había en las islas 62.599 piletas, en 2024 la cifra supera las 75.700. Desde 2006 estas instalaciones han aumentado un 61% (son 29.000 piscinas construidas en 18 años). El archipiélago balear es una de las regiones de Europa con mayor densidad de piscinas.

Las cifras del doctor Morán, miembro del grupo de investigación en Recursos Hídricos y Cambio Global (GLOWATER), contradicen las puestas sobre la mesa por el Clúster de Industrias Químicas de Balears (CLIQIB), que minimizan la pérdida de agua que suponen las piscinas.

Según expusieron estas empresas con motivo del Día Mundial del Agua las 75.500 piscinas del archipiélago (72.000 particulares y 3.700 públicas, de las cuales unas 2.100 son turísticas) representan menos del 0,5% del agua total consumida en el archipiélago. Además, según el Clúster, «la renovación de agua en las piscinas turísticas es de menos de 1 hm³ (mil millones de litros) por temporada», una cifra que, aseguran, «se puede reducir si se aplican soluciones a la evaporación y a la limpieza de filtros, entre otros».

Por todo ello, estos empresarios sostienen que aplicar medidas restrictivas en las piscinas para ahorrar agua no tendría un impacto significativo y abogan por potenciar mejoras en su gestión a través de la innovación.

Morán, miembro del Laboratorio Interdisciplinario sobre Cambio Climático (LINCC) indica que la investigación que hicieron en 2015 muestra que ese dato de agua pérdida por evaporación de las piscinas es excesivamente bajo y que sus estimaciones, recogidas en una artículo firmado en la revista científica International Water, apuntarían a que ya en 2015 se estaban perdiendo por evaporación casi cinco mil millones de litros al año y que ahora estaríamos llegando casi a los seis mil millones.

«Solo por evaporación se pierden seis veces más de lo que dicen», indica el investigador de la UIB, que recuerda que en 2015 lo que se perdía por las piscinas descubiertas debido a la evaporación equivalía al 5% de todo el consumo de agua de las zonas urbanas de Balears.

Según el Clúster Químico, el sector urbano es el que más agua gasta, ya que supone el 54% del total consumido, seguido del sector agrario (22%), las viviendas aisladas (14%), los campos de golf (4%), el sector industrial (3%) y el riego de parque y jardines (3%), según datos del Plan Hidrológico Balear 2013-2018.

El turismo, indicaron desde esta agrupación de empresas, «consume solo el 12,7% del total suministrado y aproximadamente el 25% del consumo urbano».

Morán señala que efectivamente viendo el consumo por sectores, la piscina «no es el gran consumidor de agua» pero cree necesario tener en cuenta que hay una piscina cada 16 habitantes: «Si eso lo metes en el total del consumo urbano, y lo repartes entre todos, pues efectivamente en global no es un gran consumo, pero es que no todo el mundo disfruta de una piscina», apunta el geógrafo, que recuerda que pese a su rápida proliferación la piscina no deja de ser un producto de lujo cuyo consumo no puede ponerse en la misma balanza que el del sector agrícola, por ejemplo.

Debatiendo sobre posibles acciones de ahorro de agua en un contexto de alerta por la falta de reservar y con la temporada turística a las puertas, Morán opina que habría que tener en cuenta que en el caso de las piletas no hablamos de un producto básico y que sería necesario calibrar si realmente un número tan elevados de piscinas es algo sostenible en un territorio como Balears. Plantear por ejemplo impulsar otras tarifas para estos usos no primordiales del agua.

Además de Morán, firmaban el artículo Swimming Pool Evaporative Water Loss and Water Use in the Balearic Islands (Spain) otros investigadores de la UIB como el doctor Macià Blázquez, miembro del grupo de investigación en Sostenibilidad y Territorio (GIST); el doctor Jorge Lorenzo, del grupo de investigación en Recursos Hídricos y Cambio Global (GLOWATER) y del Laboratorio Interdisciplinario sobre Cambio Climático (LINCC) de la UIB; y la doctora Angela Hof, del grupo de investigación en Ecología del Paisaje Urbano de la Universidad de Salzburgo.

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