Infiltrar agua desalada en los acuíferos de Mallorca: "Puede hacerse con ingeniería, pero el gran consumo del turismo y el sector servicios es un problema"

Ante la sequía, son cada vez más las soluciones que se estudian para tener agua suficiente que cubra las necesidades de los ciudadanos. 

Este mes de febrero, la conselleria balear del Mar y Ciclo del Agua avanzó que en las próximas semanas comenzará un ensayo para analizar la viabilidad de almacenar agua desalada en el acuífero de Santa Eulària en Ibiza. Constará en infiltrar estos recursos de agua no convencionales producidos en la planta de Santa Eulària y realizar tres sondeos: dos de ellos en posibles puntos de infiltración, con medición, y uno que estará destinado solo a medición. 

¿Qué maneras hay de infiltrar el agua desalada en los acuíferos?

El investigador Víctor Vilarrasa (del Imedea) contesta cuáles son las posibilidades hasta ahora conocidas y que se aplican en otros lugares. “En Port de la Selva [Cataluña] lo hacen a través de una gran plataforma desde la cual van vertiendo el agua regenerada en el acuífero”. En el caso de este municipio se utiliza agua regenerada para bajar el nivel de sal del acuífero. Se utiliza el sistema de balsas Demoware inyectando agua de la depuradora que, con un sistema de filtrado, termina en el subsuelo. Este sistema permite aumentar los niveles de agua y reducir la concentración de sal. 

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En el Delta del Llobregat (Cataluña) se ha construido como una gran piscina, “se hace un agujero de dos o tres metros, como un campo de fútbol o básket puede llegar a ser, su tamaño dependerá de las cantidad que se necesite”, apunta. Uno de los usos del agua regenerada en esta zona es “hacer de barrera para que el acuífero no sufra la intrusión de la sal procedente del mar”. Las aguas subterráneas están amenazadas por la salinización. “Lo que se hace, a través de varios pozos, es introducir agua regenerada para que impida la entrada de agua salada”. Para este uso, se requiere la ósmosis inversa, que elimina todavía más elementos del agua. 

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En otros casos, considera Vilarrasa, quizá sí son necesarios conducciones para hacer llegar el agua desalada a los acuíferos. Es decir, se pueden hacer bases de recarga, que gastan poca electricidad, canales, pozos o rasas. “Hay que estudiar caso por caso”. 

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Destinada a consumo

Para Vilarrasa, en épocas de sequía, está claro que toda el agua que sale de la desaladora se destina a consumo. “Pero cuando no hay sequía y llueve, es un buen momento para recuperar los acuíferos con agua desalada y después depurada”, indica, “aunque hay que tener también en cuenta el gran gasto eléctrico que generan y que después del proceso queda una salmuera que se tira al mar, a grandes profundidades, pero es un agua muy densa, que tiene un impacto en la flora y la fauna marinas”, advierte.. “Jugar con los acuíferos como pieza clave en la gestión hídrica es muy importante”, señala. “En España, se calcula que el 44% de los acuíferos están en mal estado, en Mallorca no están mejor”, concluye. 

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En cuanto al consumo del agua, el problema está sobre todo en el sector servicios, apunta. “A los agricultores se les ha limitado mucho, en cambio al turismo no. Y esto puede crear un gran conflicto social también. Recuerdo una frase que escuché en una conferencia: ‘Que el origen de todas las guerras es la falta de agua, es la chispa, aunque haya otras tensiones detrás”, indica el ingeniero de caminos, especializado en geoenergía y cuya tesis se centró en la hidrogeología.