Así mejorará Baleares la atención médica en las residencias de personas mayores tras la experiencia traumática de la pandemia

Dos médicos, cinco enfermeras y una farmacéutica ajustan la coordinación con los profesionales sanitarios residenciales

Los sanitarios de las residencias públicas podrán prescribir con receta electrónica a principios de 2025

Intervención de un equipo de Atención Primaria en una residencia de personas mayores de Baleares

Intervención de un equipo de Atención Primaria en una residencia de personas mayores de Baleares / Servei de Salut de Baleares

I. Olaizola

I. Olaizola

Desde el pasado mes de abril un equipo de Atención Primaria está trabajando para mejorar la asistencia sanitaria en las residencias de personas mayores de Baleares, tanto públicas como privadas, así como para dar fluidez la interactuación de los profesionales sanitarios de estas instituciones con sus compañeros de los centros de salud a los que están adscritas, explica Estefanía Serratusell, subdirectora de Atención a la Cronicidad, Coordinación Sociosanitaria y Enfermedades Poco Frecuentes.

Se llama equipo promotor de atención integrada en residencias. «En Mallorca está formado por cinco enfermeras, dos médicos y una farmacéutica y en las áreas de salud de Eivissa y Formentera y de Menorca cuentan con una enfermera aunque en las Pitiüses está pendiente la incorporación de una médica», añade.

Entre los próximos logros de esta iniciativa, subraya la subdirectora del Servei de Salut, es que, con la nueva receta electrónica, los profesionales sanitarios de las residencias de personas mayores públicas de esta comunidad podrán prescribir a través de este sistema a principios de 2025.

Serratusell recuerda que después de los tres años de la pandemia de covid en la que el Servei de Salut colaboró con las residencias de ancianos en las medidas de seguridad y de aislamiento de los usuarios tras la declaración de brotes, se detectó que había una necesidad de coordinación entre estas instituciones y sus profesionales con los del Servei de Salut.

«Cuando una persona ingresa en una residencia se produce una discontinuidad con los equipos de Atención Primaria que le seguían habitualmente porque cuando ingresas cambias de domicilio y de equipo de Primaria», pone en antecedentes Serratusell.

Pacientes con más complejidad clínica, enfermedades crónicas y necesidad de medicación

De la misma manera, continúa la subdirectora, existe una creencia bastante arraigada de que en las residencias hay médicos y enfermeras que se encargan de su cuidado pero se desconoce que los ancianos siguen siendo usuarios de la sanidad pública y siguen teniendo un médico y una enfermera de referencia en su centro de salud, sea cual sea. 

Estas personas tienen más complejidad clínica, más enfermedades crónicas, más polimedicación y más ingresos hospitalarios que las personas que están en sus domicilios. «El 84% de los usuarios de residencias tienen el máximo grado de complejidad clínica frente al 58% de los que se encuentran en sus domicilios», cifra Serratusell zanjando que los usuarios de residencias son mucho más complejos.

Los profesionales de estas instituciones no tienen acceso al sistema de receta electrónica y por ello se deben diseñar circuitos ágiles de comunicación con los centros de salud para poder prescribir cualquier tratamiento en el momento necesario, algo que aún no está conseguido en todos los sectores sanitarios, admite la subdirectora de Coordinación Sociosanitaria.

Problemas de salud complejos como las dificultades para la deglución o las úlceras por presión, no están bien resueltos en las residencias y originan ingresos hospitalarios que se podrían evitar con un seguimiento más estrecho del paciente. «Tampoco hay circuitos uniformes en toda la comunidad autónoma entre la residencia y el centro de salud para la realización de pruebas complementarias como las analíticas o solicitudes de interconsultas», apunta para concluir.

Más de 400 muertes en las residencias de mayores de Baleares durante la pandemia de covid-19

Durante los años de la pandemia fallecieron 401 personas mayores que estaban ingresadas en <strong>residencias de ancianos</strong>, 352 de ellos en Mallorca, 19 en Menorca y 30 en Eivissa y Formentera, según datos facilitados por el <strong>Servei de Salud</strong>

Este trágica cifra es una de las motivaciones que llevaron a crear estos equipos promotores de una atención integrada en las residencias que, en estos momentos, ya han intervenido prácticamente en los 56 centros de Balears, 27 públicos (15 de ellos en Mallorca) y 29 privados (27 en Mallorca) con unas 4.500 plazas entre todos. «Y han realizado una valoración de los usuarios en la mitad de ellos», concluye Serratusell.

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