Las ventas del comercio de Mallorca caen un 40% al esperar los clientes al Black Friday

Pequeños y grandes establecimientos pronostican una excelente campaña del ‘viernes negro’ pero las tiendas tradicionales lamentan estar perdiendo ventas que luego se van a conseguir con un menor margen de beneficio

El comercio pronostica una buena campaña del Black Friday

El comercio pronostica una buena campaña del Black Friday / GUILLEM BOSCH

Fernando Guijarro

Fernando Guijarro

«El Black Friday ha modificado nuestros hábitos de consumo, y lo hace de una forma cada vez más evidente», afirma el representante de una gran firma comercial. «Lo que empezó siendo uno o dos días con descuentos se ha convertido en una semana de ofertas y eso está dando un giro a la forma en que se realizan las compras», lamenta otro empresario del sector tradicional. El reflejo más claro de ese cambio a la hora de consumir es que las ventas del comercio mallorquín se han desplomado alrededor de un 40% durante los últimos días, un porcentaje que es respaldado tanto por las pequeñas tiendas como por los grandes establecimientos. La explicación es que los consumidores han paralizado buena parte de las compras a la espera de que comiencen a aplicarse los descuentos de ese ‘viernes negro’, a lo que se ha sumado, en el caso de la confección, el nuevo aumento de las temperaturas que se ha dado durante los últimos días.

Desde las patronales del sector se reconoce que el frenazo ha sido mayúsculo, ya que tras una primera semana de noviembre con buenos resultados, en parte por la prolongación en la estancia de muchos turísticas, durante la segunda y tercera semana se comenzó a detectar un cambio radical. Este giro espectacular es señalado por los presidentes de las patronales Afedeco y Pimeco y de la asociación de Jaume II, Toni Gayá, Bernat Busquets y Pedro Mesquida, por este orden; por el vicepresidente de Pimem-Comerç, Miguel Angel Salvá; y por los representantes de las grandes superficies. La caída en el consumo alcanza a casi todas las áreas comerciales, desde moda a electrodomésticos o nuevas tecnologías, pese a la fortaleza que esta última presenta habitualmente, y el motivo no es otro que el cliente está esperando a realizar sus compras, pero con descuentos que se van a mover entre el 20% y el 30% en la mayoría de los casos, y que pueden acercarse al 50% en productos muy concretos. En el caso del textil, se suma el alza de las temperaturas registrada durante los días pasados, que ha boqueado la demanda de prendas de abrigo.

El alcance de este desplome en las ventas se refleja en el hecho que hay establecimientos que están haciendo «ceros» durante algunos días, es decir, que bajan la barrera al llegar la noche sin haber ingresado ni un solo euro, e incluso sin haber visto entrar a un solo cliente, según lamenta Busquets.

Buen Black Friday

Hay un aspecto que se pone de relieve. Este parón en las ventas es solo coyuntural, ya que la previsión de todos los representantes del sector consultados es que el resultado de la campaña del Black Friday va a ser muy bueno. El problema es que en estos momentos se están perdiendo ventas que se harán durante los próximos días pero con un 20% o un 30% de descuento, con la pérdida de rentabilidad que eso supone para el empresario, según afirma Gayá.

El alcance de este fenómeno va más allá. No consiste solo en que la demanda caiga durante los días previos al ‘viernes negro’, sino que además los descuentos que se van a aplicar van a hacer que se adquieran ya muchos productos que se van a destinar a los regalos de Navidad y Reyes, y que tradicionalmente se compraban a partir del Puente de la Inmaculada con su valor habitual.

De este modo, los pequeños establecimientos de moda anuncian reducciones en sus precios del 20% al 30%, mientras que algunas grandes empresas elevan esos porcentajes en determinados productos, fundamentalmente aquellos con un mayor stock sin vender, con casos en los que se puede alcanzar el 50%. En el segmento de los electrodomésticos se apuntan ofertas puntuales del 30% al 40% en algunas grandes superficies, aunque en las nuevas tecnologías se reconoce que difícilmente se pasará de un 10% o un 15%, e incluso sin que se pueda reducir ni un euro del precio habitual cuando se trate de las marcas más punteras.

Hay un factor adicional que lleva al optimismo del sector comercial respecto a la facturación que se va a hacer durante los próximos días, y es que se espera que el inicio de la campaña coincida con un descenso en las temperaturas y, consecuentemente, con un alza en la necesidad de prendas de abrigo.

Sacar a la gente a la calle

Aunque desde las patronales del comercio tradicional se lamenta que se esté favorecido una concentración de las ventas en muy pocos días y con precios más reducidos, se admite que el elemento positivo que tiene la campaña del ‘viernes negro’ es que atrae una mayor afluencia de visitantes a las zonas comerciales (coincide con el encendido de las lunes navideñas), tras la pérdida que en su momento supuso la pandemia y que no ha recuperado los niveles anteriores.

Sin embargo, los representantes de las tres organizaciones empresariales del sector tradicional advierten que se está acostumbrando al consumidor a acercase a las tiendas solo cuando existen incentivos en el precio, ya sea con la aplicación de descuentos o con los bonos que regalaron las Administraciones, lo que supone estrechar cada vez más los márgenes de beneficio del sector en un momento en el que también estas pequeñas y medianas empresas están haciendo frente a un incremento de sus costes de la mano de la inflación.

Un aspecto que desvela el impacto que la simple denominación del Black Friday está teniendo entre los consumidores es que otros muchos sectores ya hacen uso de él, incluidas las empresas hoteleras. Basta señalar como ejemplo las ofertas que Meliá ha lanzado al mercado sumándose a esta campaña de descuentos que se van a mantener hasta el próximo día 27 (Cyber Monday).

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