Los sindicatos de Mallorca denuncian la creciente falta de seguridad en las obras

«Terribles», «tremendas», «desastres», «hacen que te eches las manos a la cabeza». Esos términos son utilizados por los responsables de las federaciones de construcción de CCOO y UGT en las islas para describir los incumplimientos que en materia de seguridad laboral se están encontrando este año los sindicatos cuando visitan las obras que se están desarrollando en Mallorca, y muy especialmente en la part forana, sobre todo cuando se trata de proyectos de pequeña envergadura. Como ejemplo, se señala un caso registrado en Alcúdia, con la actuación de una empresa que ni siquiera aparecía registrada como de construcción, sino de limpieza, y cuya obra tuvo que ser paralizada por la Inspección de Trabajo ante el evidente peligro que corrían las personas que allí se encontraban.

Desde CCOO se indica que «hay empresarios decentes, pero hay otros que se creen que pueden hacer lo que les da la gana». El secretario general de su federación de construcción, Miguel Angel Pardo, subraya que esta organización está recibiendo este año un número anormalmente elevado de denuncias de asalariados del sector relacionadas con las condiciones de trabajo que padecen, al igual que por el impago de todas las horas que han realizado.

El responsable de Política Sindical en esa misma sectorial de UGT, Roberto Serrano, respalda esas afirmaciones, y describe situaciones en las que una parte de los empleados de las obras salen corriendo cuando ven acercarse a los representantes sindicales, al confundirlos con inspectores, debido presuntamente a que ni siquiera están contratados legalmente.

Sobrecarga de trabajo

Desde ambas organizaciones se apunta como problema básico a la elevada actividad que actualmente se da en la construcción y a la escasez de mano de obra cualificada, lo que hace que en muchas zonas se estén produciendo situaciones «que rozan la explotación» y en las que las carencias de medios resultan evidentes.

Pardo y Serrano diferencian dos ámbitos. En las grandes promociones de viviendas, especialmente si se encuentran en Palma, el respeto a la legalidad en aspectos como la seguridad o la situación laboral de las plantillas es buena, algo que achacan a que se trata de actuaciones desarrolladas por grandes empresas y en lugares visibles y controlados. Pero cuando se trata de pequeñas obras, realizadas en muchos casos por un autónomo con unos pocos empleados, y además en la part forana, la forma de trabajar recibe el calificativo de «desastrosa», con personas realizando su labor en altura sin la protección adecuada y con andamiajes que no cumplen la normativa, según se señala como ejemplo, lo que dispara el peligro de accidentes graves.

El volumen de riesgos detectados es tan elevado que desde los sindicatos se subraya su pretensión de denunciarlo durante la reunión que tienen previsto mantener durante los próximos días con el director del Instituto Balear de Seguridad y Salud Laboral (IBASSAL), Magín Cabrer, al que se va a reclamar su apoyo para que se intensifiquen las inspecciones en esta actividad.

La directora de la asociación de constructores de las islas, Sandra Verger, defiende que la mayoría de las empresas del sector actúa correctamente, pero reconoce un aumento de la competencia desleal de personas con escasa profesionalidad. «El problema de nuestro sector es que cualquiera puede ser empresario de construcción», lamenta, y recuerda los esfuerzos que desde su organización se están haciendo para elevar la concienciación en esta materia. Además, apela a la responsabilidad de los que contratan, recordando que si alguien hace ofertas muy baratas, es porque está recortando costes en temas como la seguridad.

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