opinión

...y el PP creó a Marga Prohens

Núñez Feijóo se desmarca de apoyar públicamente a su primera presidenta sin mayoría absoluta y pactada con la ultraderecha, al negarse a asistir a una proclamación acordada con Vox al igual que ya hiciera en Castilla y León

La primera presidentaobligada a repetir votaciónpor su socio. |

La primera presidentaobligada a repetir votaciónpor su socio. | / ENRIQUE CALVO

Matías Vallés

Matías Vallés

Marga Prohens es una figura conocida en Mallorca, un poco demasiado para su propio bien. En cambio, la Presidenta Prohens es una ilustre desconocida. No todos los seres humanos disponen de la oportunidad de reinventarse nel mezzo del cammin, y la recién investida deberá labrarse una imagen propia con materiales ajenos, suministrados por Vox.

La segunda presidenta de Balears no llega al Consolat por decisión propia, a diferencia del malhadado Jaume Matas. El título de la función representada estos días es ...Y el PP creó a Marga Prohens, del mismo modo en que Génova alumbró por llamarlo de alguna manera a José Ramón Bauzá, aunque bajo el padrinazgo de Rosa Estarás. El farmacéutico no hubiera obtenido por sí mismo en 2011 ni uno solo de sus 35 diputados.

La procedencia no rebaja el triunfo, pero es importante destacar la estirpe de la nueva presidenta, dado que la victoria de sus siglas en Balears no le corresponde. Sin cometer la indelicadeza de denigrar su participación, la indiscutible proeza del 28M se produjo con independencia de la candidata. Así se sigue de una observación indirecta.

En Palma confluyen y compiten las tres listas fundamentales de los partidos baleares, a Cort, Consell y Consolat. Pues bien, los datos del 28M en la capital fueron 51.851 votos para Prohens, 51.689 para Llorenç Galmés y 51.229 a Jaime Martínez. El margen de desviación es inferior al uno por ciento entre las tres candidaturas, de donde se sigue que los votantes apoyaron sin fisuras a la marca del PP, con absoluta indiferencia hacia los líderes. Ninguno de ellos suscita un aprecio o una disconformidad adicionales.

La presidenta está reinventada y reinvestida, porque Prohens es la primera persona en trece investiduras que ha requerido una segunda votación, dado que incluso su socio Vox se negó a respaldarla a la primera. Esta precariedad es significativa, pero no necesariamente perjudicial. En la proclamación sin trabas por dos veces de Francina Armengol reside seguramente el virus de ocho años de Govern sin cometer un solo error, y sobre todo sin reconocerlo. La consecuencia suele ser una estrepitosa derrota por autocombustión, la prepotencia como autopista a la impotencia.

A diferencia de su predecesora, Prohens llega avisada. Sus intervenciones inaugurales del lunes y el martes ofrecen imágenes contradictorias. Bordeó la brillantez en la réplica a una Armengol erigida en arúspice, lástima que no supiera presagiar su rotundo fracaso. La presidenta recién investida no está negada de antemano como Bauzá pero, cuando se sale del guion moderador, ya ha exhibido la propensión a una superioridad no avalada por ningún dato. Es duro despertar de la oposición, y verse ahora en el banco azul de su bombardeada Irene Montero. Y todavía será más difícil autoconvencerse de que no gobierna para el caciquismo del sur de Mallorca. El Consolat la libera de las reticencias que lleva a cuestas, pero el antídoto funciona menos de cien días.

El dato más relevante de la votación repetida de ayer y de la proclamación de hoy consiste en la ausencia de Alberto Núñez Feijóo. La desorientación geográfica que padece el líder del PP y que podía acabar con su persona en Las Palmas, así como el entusiasmo perfectamente descriptible que le suscita su baronesa balear, no bastan para explicar una deserción preocupante.

Feijóo se desmarca de apoyar públicamente la consagración de su primera presidencia obtenida sin mayoría absoluta, y tras un Acuerdo de Gobierno con la ultraderecha moderada. El criterio consiste en no intoxicarse de Vox, solidificando el antecedente de su clamorosa abstención en idéntica circunstancia de Castilla y León. Parece mentira que exista un solo ser humano alérgico a fotografiarse junto al siempre risueño Gabriel Le Senne.

Aunque se sabe que Feijóo habla con Abascal en la intimidad, la espantada de la coronación de Prohens le coloca en una singular tesitura escapista. De aplicar a rajatabla su protocolo de no contaminarse de Vox, el presidente del PP acabará por ausentarse de su propia investidura a La Moncloa. Curiosamente, su fuga no conlleva la desaprobación del pacto nupcial balear con el tardofranquismo.

Prohens no es ni siquiera tan joven, porque Matas llega al Consolat antes de cumplir los cuarenta. La labor que acomete la presidenta al pactar con quienes desprecia es endiablada, pero a nadie le apetece tanto someterse al suplicio.

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