La denuncia por acoso presentada por una profesora de la facultad de Filosofía, que fue adelantada por este diario y dirigida a otros dos profesores doctores de la Universitat, llegará a juicio con una petición fiscal de dos años de cárcel para cada uno de los docentes, uno de los cuales es catedrático de su asignatura. El titular del juzgado de Instrucción número 1, Juan Manuel Sobrino, ha dictado auto de apertura de juicio oral.

Miguel Beltrán es el catedrático de Filosofía de la UIB que se sentará en el banquillo, junto al doctor Andrés Jaume. Ambos negaron durante la investigación la autoría de las numerosas llamadas y correos amenazantes que recibió Lucrecia Burges, también profesora del departamento. En dichas comunicaciones se reprocha a la docente un presunto plagio de su tesis doctoral. También se entra en acusaciones que afectan al ámbito de su vida privada, y que cesaron desde el mismo momento en que interpuso una denuncia ante la policía a través de su abogado, Gabriel Lladó.

Los correos también fueron remitidos a compañeros de la profesora, y se difundieron con la intención de su publicación en prensa. Las llamadas fueron dirigidas a su despacho y a su domicilio. La instrucción se ha enriquecido con los testimonios de profesores y alumnos, al tanto de la situación de violencia latente que se vive en el departamento de Filosofía. La supuesta intención del acoso a la profesora consistía en arrebatarle la asignatura que impartía. Los razonamientos aportados por los ahora procesados para desvincularse del escándalo incurrieron en contradicciones, según fuentes próximas a la investigación.

La fiscal pide un año para ambos profesores por acoso, y otro por amenazas. La pena total solicitada coincide con la propuesta por la profesora afectada, si bien la acusación privada solicita los dos años por un único delito de acoso laboral. Al margen del daño reputacional que sufre la Universitat, también se ve castigada con una solicitud de responsabilidad civil subsidiarasolicitud de responsabilidad civil subsidiara, que de momento le obligará a depositar una fianza de nueve mil euros para el aseguramiento de la posible condena.

La petición de un total de cuatro años de cárcel no solo refleja la situación planteada entre los tres docentes, sino que refuerza a quienes vienen denunciando el clima de terror imperante en el departamento de Filosofía. Guardaespaldas, registro de matrículas y daños a vehículos son moneda de uso corriente en el recinto.

Las tres demandas interpuestas por otros tantos profesores de Filosofía y archivadas contra el doctor Miquel Comas, que le obligaron a dimitir como primer teniente de alcalde de Cort, demuestran el nivel de las amenazas y la potencia económica de sus inspiradores. En todo momento, el rectorado se colocó de parte de los demandantes, que recibieron severos varapalos de los tribunales por su desprecio hacia la libertad de expresión y de crítica.

El juicio contra el catedrático y el profesor de Filosofía se celebrará con casi toda probabilidad a lo largo del año próximo, en un juzgado de lo penal. Ambos tienen abierta la vía de un recurso ante la Audiencia. Si bien la acusación solo se dirige contra dos personas, existe la convicción de que la operación contra la profesora cuenta con más autores. La UIB ha metabolizado el caso sin sorpresa ni alarma, ayer mismo se debatía en el Consell de ConsellGovern un nuevo procedimiento para garantizar la integridad.

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