Los tres profesores de la Universitat que acusaron a Miquel Comas de haber atentado contra su honor han declinado recurrir las sentencias que absuelven al joven de tales acusaciones. El viernes pasado el exconcejal y aspirante a una plaza en el departamento de Filosofía supo que la última de las sentencias que quedaba pendiente no iba a ser recurrida, con lo que los tres fallos ya son firmes.

Así lo difundió ayer Comas, quien renunció a su cargo de concejal por Podemos para centrarse en su defensa judicial al conocer las demandas de los tres profesores. Estos docentes lo llevaron a los tribunales después de que recurriera por la vía judicial un proceso de adjudicación de plaza al apreciar irregularidades y ayer mostraba su alegría por haber cerrado esta parte judicial, aunque también lamentaba no haber encontrado apoyo en el equipo rectoral: "El rectorado no hizo nada para atender mis reclamaciones ni las que le hizo la Síndica de Greuges en 2014, que alertó de posibles irregularidades y planteó que la normativa de adjudicación de plazas es muy mejorable", apuntó en declaraciones a este diario.

Contencioso

El contencioso que presentó Comas en los tribunales contra el proceso de adjudicación de una plaza es uno de los motivos que algunos profesores de Filosofía señalaron como posible causa del mal ambiente que se vive en este departamento. Así lo señala el informe externo que realizó el verano pasado una empresa especializada en prevención de riesgos laborales y que desveló este diario. Dicha auditoría alertaba sobre "la insostenible situación" del departamento, con un conflicto "enquistado" y algunas "conductas hostiles", que han propiciado litigios, bajas por ansiedad y denuncias en la Policía.

Miquel Comas confirma que "por desgracia" el informe refleja la realidad de un departamento donde "no es muy agradable como puesto de trabajo", aunque matiza que él "no es peón de ningún bando" y que siempre ha actuado "de forma autónoma".

Lamenta que el rectorado no solo no ha contribuido a solucionar el conflicto, sino que incluso puede haber sido "fuente" del mismo: "Ha demostrado no tener capacidad ni voluntad para resolverlo", deploró.

Lo que peor le sienta al filósofo de todo este asunto que supone un "perjuicio brutal para el alumnado, los profesores y la comunidad investigadora".

La batalla judicial de Comas aún no ha terminado. Le queda otro frente: el recurso por el proceso de adjudicación de una plaza. Un juez le dio la razón y obligó al departamento a repetir el concurso. Así se hizo, pero de nuevo se volvió a adjudicar la plaza al mismo aspirante de la primera vez, por lo que Comas presentó un incidente de ejecución, alegando que no se estaba aplicando lo que había dictaminado la sentencia con lo que se volvió a anular el concurso.

De nuevo el tribunal adjudicó la plaza a la misma persona, algo que Comas ha vuelto a poner en conocimiento de los tribunales al entender que siguen sin solventarse las irregularidades reconocidas en la primera sentencia.