Alexander Romanov controlaba desde la distancia el desarrollo de los negocios que aún tenía en Rusia. Allí contaba con la ayuda de dos personas de confianza. Una de ellas era su secretaria. El otro era el gerente que se encargaba del control de sus gimnasios. Romanov es propietario de una lujosa vivienda que está ubicada a 28 kilómetros de la ciudad de Moscú. La casa dispone de un terreno de casi 2.000 metros cuadrados. La vivienda está en venta en internet por casi dos millones y medio de euros. Una de las personas que se interesó por su compra fue uno de los integrantes de la mafia Tamboskaya. Es la mujer de Romanov quien identifica al cliente interesado y advierte del riesgo que supone vender la casa a "uno de los nuestros". Los investigadores no han podido concretar si la operación llegó a realizarse finalmente. Sin embargo, la Guardia Civil detectó el nivel de desconfianza que tenían los mafiosos entre ellos, a pesar de los intereses comunes.