Con los bancos más preocupados por sí mismos, las cajas midiendo a céntimo la obra social y las administraciones públicas con el cinturón apretado y las subvenciones a dieta, los emprendedores e innovadores lo tienen difícil. Muy difícil. Por eso desde el Parc Bit se trabaja en otra línea, poco usada a orillas de África pero muy de moda en el resto del mundo desarrollado: los business angels, ángeles de los negocios que, articulados en torno a sociedades de capital riesgo, aportan la financiación indispensable para que las buenas ideas se conviertan en mejores empresas. Su dinero fluye sobre todo hacia compañías de sectores como el biotecnológico o el medioambiental, que por su propia naturaleza tienen dificultades para rentabilizar su actividad a corto plazo. De ahí la importancia de estos ángeles, que ya han financiado dos proyectos en Mallorca.