Análisis

Prohens, si Vox quiere

Baleares | El PP supera por sí solo el total de diputados de la izquierda, por lo que le basta con la abstención de la ultraderecha para sustanciar su triunfo por goleada - Mallorca | La desaparición de Podemos facilita una amplia ventaja de los dos partidos conservadores - Palma | Desintegración de la izquierda con margen abrumador para PP/Vox, con Fulgencio Coll con mejor resultado que Jorge Campos

Llorenç Galmés, MargaProhens y Jaime Martínezcelebran la triple victoriaen la sede. |  B. RAMON

Llorenç Galmés, MargaProhens y Jaime Martínezcelebran la triple victoriaen la sede. | B. RAMON / Matías Vallés

Matías Vallés

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Marga Prohens se ha impuesto con estrépito a Francina Armengol, en su duelo personal por la presidencia de Baleares. En su primer asalto al cargo, la candidata del PP se erige en la única aspirante a encabezar el Govern tras haber sellado un brillante resultado de 26 diputados, muy por encima de los 16 logrados en 2019 por la candidatura de Biel Company. Tras dos mandatos, la presidenta socialista no solo ha visto cómo se desmoronaba la izquierda a su alrededor, sino que también ha sido incapaz de recoger los sufragios extraviados y se ha dejado dos escaños.

Prohens firma el mejor resultado del PP desde José Ramón Bauzá en 2011. Sin embargo, la recuperación de los populares no basta para coronar los treinta diputados que definen la mayoría absoluta. Históricamente, el partido mayoritario de la derecha ha superado sus resultados del 28M en seis de los diez comicios regionales celebrados hasta la fecha.

La insuficiencia de la abrumadora victoria del PP coloca en primer plano a la ultraderecha moderada. Marga Prohens será presidenta si Vox quiere, y su candidato Jorge Campos ha manifestado que su modelo es Castilla y León, con una vicepresidencia del Govern como mínimo para el partido de Santiago Abascal.

El primer objetivo del PP era superar el mano a mano con el PSOE. Cuatro años atrás, Armengol había invertido por primera vez un liderazgo que se remontaba a los 298 votos que Gabriel Cañellas le arrancó a Félix Pons en 1983. La segunda meta era configurar una mayoría absoluta de derechas, también cumplida. La tercera meta para redondear la victoria consistía en superar al conjunto de diputados de las izquierdas. Al conseguirlo, por un 26 a 24, la candidatura de Prohens puede llegar al Consolat sin más que una abstención de la ultraderecha, sin necesidad del apoyo explícito de los extremistas. Con todo, Vox no ha tenido problemas en votar en Madrid contra los presupuestos de Díaz Ayuso y Martínez Almeida, con el conjunto de la izquierda.

La vía de escape de Armengol para explicar su estrepitosa derrota consistía en culpar genéricamente a Podemos del descalabro. Aunque se han cumplido las previsiones sobre el partido de Pablo Iglesias, empeoradas por su candidata Antònia Jover, el PSOE debe explicar por qué no ha atrapado ni uno solo de los diputados huérfanos, en tanto que el PP absorbía con creces los restos de Ciudadanos.

El PSOE ha rebajado además su cuota de diputados, por lo que se queda sin excusas más allá de la apelación llevada a cabo ayer por Armengol, al invocar el retroceso de las fuerzas de Pedro Sánchez en toda España. El mal de muchos es un frágil consuelo, que se debilita además al comprobar que el desastre en Baleares desborda a los retrocesos en la mayoría de las otras once comunidades en liza.

Palma irradia electoralmente al resto de la autonomía, y el batacazo de la izquierda en la capital por un escandaloso 17 a 12 adquiere dimensiones históricas. El PSOE (8) ni siquiera mantiene sus posiciones de 2019, que además supondrían un magro consuelo ante la desintegración de sus socios. Todo ello a falta de decidir el reparto de culpas entre la debilidad intrínseca de Més (3) y Podemos (1), o el menosprecio que han sufrido en todos los ámbitos a cargo del socio mayoritario.

La derecha también cumple en Palma con el problema por exceso. El reparto de once a seis concejales entre PP y Vox oscila en un margen lo suficientemente ajustado para que la ultraderecha moderada exija la alcaldía para el teniente general Fulgencio Coll, en una negociación a varias bandas. Es un problema de sobreabundancia que desearía tener la izquierda. Cort y el Consolat comparten color político desde 2003, pero el triunfo del militar palmesano supera en amplitud a los excelentes números de Jorge Campos a escala autonómica.

Coll también ha sobrepujado los resultados de Vox en el Consell de Mallorca, donde el PP de Llorenç Galmés se garantiza una mayoría absoluta de derechas al derrotar por trece a diez al PSOE en su duelo individual. De nuevo, se precisará del concurso expreso de los extremistas para rematar la victoria. La extinción de Podemos en la institución insular es otro signo del declive imparable de un partido que recibió los primeros apoyos masivos en las europeas de 2014 en la Part Forana. A diferencia de lo que ocurre en el Parlament, los regionalistas del Pi obtienen un asiento en la institución mallorquina.

De haberse presentado conjuntamente PP y Vox, sus 34 diputados por separado hubieran mejorado ampliamente los 35 de Bauzá en 2011. El Pi era el clavo ardiendo al que se aferraba la izquierda para subsanar la degradación de Podemos. Sin embargo, el partido de Josep Melià se queda fuera del Parlament por segunda vez en su historia compartida con UM. La anterior coincidió precisamente con la avalancha popular de 2011. Més mantiene sus números, como en todas las derrotas de la izquierda.

Vox rompió ayer además las barreras de la penetración insular, que lo tenían confinado a Mallorca, donde obtenía todos sus escaños. Por primera vez ha logrado un representante en los consells de Ibiza y Menorca, una incorporación que los conocedores de ambas circunscripciones daban por prácticamente imposible.

El Consell de Menorca es la única institución de ámbito regional donde la izquierda conserva a duras penas su superioridad. El amplio margen de ocho a cinco vigente durante el último cuatrienio se encoge a un escueto siete a seis, con los cinco diputados populares redondeados por el exsacerdote que comanda la candidatura de Vox.

Ibiza ha reproducido con un énfasis adicional la corriente conservadora dominante ayer en España y en el resto de Baleares. La mayoría absoluta del único feudo conservador del archipiélago se verá reforzada por un nueve a cuatro, que supone la práctica aniquilación de las fuerzas progresistas, sin que la imputación del presidente del Consell haya cursado con lesiones significativas en el marcador.

La izquierda ha gobernado en Baleares siempre que ha contado con el solitario diputado de Formentera. Por tanto, los progresistas también han perdido la menor de las islas después de ocho años, y por los márgenes estrechos que caracterizan a la circunscripción donde el escaño viene garantizado por solo dos mil votos.

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