Ciclismo

Enric Mas: del pánico a los descensos a candidato al podio en el Tour

El ciclista mallorquín ha pasado de ser el hombre triste e inseguro que abandonó la ronda gala el año pasado a sentirse fuerte y con opciones

Sergi López-Egea

 Enric Mas iniciaba con cierta calma la subida a Els Cortals d’Encamp. Como el resto de ciclistas -y es que hay tantos en Andorra- aprovechaba uno de los pocos días en los que no ha llovido en el país pirenaico. Allí, afortunadamente, no sufren por falta de agua. Más abajo, en la carretera que conduce desde la capital hasta la cima de Envalira, Carlos Rodríguez ascendía con brío hacia la cumbre junto a varios compañeros del Ineos. Y, algo más lejos, Juan Ayuso, que no está en el Tour porque vale demasiado para afrontarlo como gregario de Tadej Pogacar, ya apuntaba a una Vuelta todavía muy lejana.

Los ciclistas profesionales suben por Envalira más rápidos de los que van con bicis eléctricas y, por supuesto, de los que aún apuestan por el motor en las piernas. Los hay de todas las nacionalidades y estas últimas semanas con el refuerzo de los que se habían ido a Andorra para preparar el Tour con los colegas residentes.

Hace un año, antes de emprender viaje a Copenhague, de donde partía el Tour, Enric Mas era un alma en pena

Hace un año, antes de emprender viaje a Copenhague, de donde partió el Tour 2022, Mas era casi un alma en pena. Le había sucedido lo peor que le puede ocurrir a un corredor profesional. Tenía pánico a los descensos y era un temor que lo podía abocar a la retirada porque bajando, si eres ciclista y mucho más jefe de fila, tienes que tener muchas veces las manetas del freno como el último botón de seguridad.

A Miguel Induráin se le preguntó no hace mucho. “Lo que habrías dado por bajar el Tourmalet en 1993 con frenos de disco”. Allí fue donde salvó la victoria del Tour ante Tony Rominger fugado lanzándose como un loco por la carretera tras coronar rezagado. “Pues como no toqué el freno de poco me habrían servido”, contestó el campeón navarro.

En Dinamarca, Mas era un hombre triste, inseguro y que no provocaba ningún aliento positivo. Fue un Tour que acabó abandonando y hasta pillar el covid, con mínimos síntomas, fue un alivio para él. Y hoy, 12 meses más tarde, se presenta como el ciclista español mejor preparado para luchar por un puesto de honor y hasta por un podio que de entrada ve a su alcance. “Ganarlos (dice en referencia a Pogacar y Vingegaard) no es fácil pero tampoco imposible. Y en eso estaremos junto a Mikel (Landa) y Carlos (Rodríguez). En un Tour siempre pueden pasar cosas y ¿por qué ellos no pueden tener un día malo?”.

Pogacar y Vingegaard llevan mucho tiempo sin tener un día malo, al menos esta temporada, pero al Tour han acudido 14 corredores españoles y tres de ellos, un mallorquín, un vasco y andaluz, optan a las plazas de honor de la general. Landa es imprevisible y Rodríguez debuta siendo una joya en bruto por lo que la mínima acción será aclamada como una hazaña.

¿En qué posición quedarán? Cuando quedan 21 etapas, cuando hay poquísima contrarreloj y mucha montaña, casi resulta un pecado apartar la ilusión. Y porque, además, entre los 14 escogidos están los que optan a victorias de etapa, sobre todo Pello Bilbao, pero también Ion Izagirre, David de la Cruz y Marc Soler si algún día su jefe Pogacar le da rienda suelta.

“Me siento mejor que en la Vuelta y con sensaciones positivas dentro de mí. Como salimos de Bilbao, por unas carreteras que conocemos, será un Tour diferente y creo que los españoles tendremos ventaja”. Que el optimismo de Enric Mas contagie a todos.